 Redacción @todocircuitoweb |
Valentino Rossi siempre se quedará con la espinita clavada de saber qué podría haber conseguido en el Mundial de Fórmula 1. Antes de subirse a su primera minimoto, el de Tavullia participó en varias carreras regionales al volante un pequeño kart en pistas que combinaban asfalto con tierra, demostrando ya entonces una velocidad y un talento difíciles de encontrar a esa edad.
Sin embargo, su padre acabó cambiando los karts por las motos al ser más baratas de preparar, y además Graziano había sido un piloto italiano de motociclismo de cierto éxito, y le tiraban más las dos ruedas que los automóviles
A pesar de que 'Vale' ha forjado su trayectoria deportiva en el Mundial de Motociclismo, sus escarceos al volante de un coche de competición han sido constantes. Le hemos visto ganar en numerosas ocasiones el Monza Rally Show, ha participado en alguna prueba suelta del WRC, ya acumula dos participaciones consecutivas en las 12 Horas del Golfo junto a Luca Marini y Uccio Salucci, probó un coche de la NASCAR norteamericana y además ha tenido la oportunidad de colaborar con dos escuderías del Mundial de Fórmula 1.
Si bien el último test con Mercedes en el que Rossi y Lewis Hamilton se intercambiaron sus máquinas en Valencia no dejó de ser un evento comercial orquestado por Monster Energy, las pruebas que Valentino completó entre 2004 y 2010 con Ferrari tuvieron un cariz muy diferente.
En un principio, la escudería del Cavallino Rampante le ofreció al #46 la posibilidad de probar su monoplaza a modo de cortesía, un gesto por parte de Ferrari con un Valentino que, en aquel momento -corría el año 2004- venía de ganar los últimos cuatro títulos de la categoría reina consecutivos, una imparable racha que le convirtió en una de las personas más mediáticas del momento.
Según ha explicado el que fuera presidente de Ferrari entre 1991 y 2014, Luca Cordero di Montezemolo, en una entrevista ofrecida a la edición italiana de Motorsport.com, su marca abordó ese test sin ningún tipo de intención más que la de darle a Valentino el placer de pilotar el mejor coche del mundo en ese momento.
"Muchos dijeron entonces que se trataba de una acción publicitaria, pero Ferrari no la necesitaba", recuerda el empresario de 73 años. "Si te digo la verdad, al principio lo hicimos como cortesía, para cumplir el deseo de un gran campeón".
Tanto los ingenieros de Ferrari como el propio Michael Schumacher se quedaron asombrados cuando vieron la meteórica adaptación de Valentino a un Fórmula 1. El que fuera jefe del equipo de pruebas de Ferrari en aquellos años, Luigi Mazzola, recordaba así aquellos primeros test de Rossi con el monoplaza italiano: "En el primer test Valentino entró en la pista e hizo una docena de vueltas, en la última hacía unos tiempos increíbles y recuerdo que Michael Schumacher, que estaba conmigo viendo la telemetría, tenía una mirada de asombro, casi incrédulo".
Ferrari se dio cuenta de que Valentino Rossi no sólo tenía la velocidad necesaria para ser campeón de MotoGP. Montezemolo vio en ese momento la posibilidad de convencer a Rossi para que dejara MotoGP e intentara hacer historia en el Mundial de Fórmula 1, algo que hasta la fecha sólo había logrado con éxito John Surtees.
El por entonces presidente de Ferrari vio que Valentino "iba fuerte" en aquellos primeros test. "No era consistente, pero tenía un gran potencial", admite, planteándose en ese momento la posibilidad de darle un asiento en la escudería Sauber -antes de su cambio a BMW- con la opción de saltar más adelante al equipo oficial si demostraba su valía.
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"Hubo un momento en el que pensamos en darle un año en Sauber antes", cuenta Montezemolo. "Pero él era listo, sabía que era el número uno en MotoGP, y prefería seguir siendo el número uno antes que arriesgarse a ser el número cuatro o el cinco en la F1. Luego siguió haciendo más test, pero eran por amistad con él", concluye el directivo italiano.
