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Quién le iba a decir a Fabio Quartararo hace sólo un par de años que conseguir tres victorias en su segunda temporada en MotoGP sería un resultado discreto y hasta cierto punto decepcionante, sobre todo después del abrumador inicio de curso que el ya expiloto del Petronas Yamaha SRT protagonizó en el Circuito de Jerez Ángel Nieto el pasado mes de julio.
El demoledor arranque del 'Diablo' sumado a la lesión que Marc Márquez sufrió en la primera cita andaluza colocaron al piloto galo como uno de los grandes favoritos de cara a la pelea por el título de MotoGP, especialmente después de comprobar los múltiples problemas que Andrea Dovizioso estaba teniendo con la nueva construcción trasera que Michelin introdujo en su neumático trasero a comienzos de año.
Sin embargo, a medida que la temporada fue avanzando, Quartararo se fue diluyendo como un azucarillo en un vaso de café caliente, y aunque en Catalunya volvió a conquistar la plaza más alta del podio, su preocupante falta de constancia le acabó apartando de la lucha por el título en la recta final de la temporada hasta cerrar el año en la octava plaza final, un desenlace que sabe a poco si tenemos en cuenta que Fabio lideró el campeonato hasta la primera carrera de Misano.
Cerrado ya su ciclo en el equipo Petronas, Quartararo mira hacia el futuro con optimismo y con la esperanza de que Yamaha encuentre este invierno la solución a todos los problemas que, de algún modo u otro, han acabado afectando a todos los pilotos de Iwata en 2020 con excepción de Franco Morbidelli, consagrado como subcampeón del mundo con la M1 'Spec A', es decir, una moto a medio camino entre el prototipo de 2019 y el 2020 que prácticamente no ha recibido mejoras ni actualizaciones a lo largo del último curso.
Aprovechando el parón habitual del mes de diciembre, Quartararo se ha puesto en manos del tatuador profesional Ivan Morant para inmortalizar en su brazo derecho una de las fotografías que le tomaron en Jerez cuando celebraba en el podio la que era su primera victoria en MotoGP, un diseño acompañado por la fecha de aquel día, el 19.07.2020.
Fabio ha compartido una imagen del proceso en sus redes sociales, una sesión que le llevó al tatuador nueve horas de trabajo y que Quartararo quiso aderezar con su casco y el famoso catavinos que se llevan los ganadores de Jerez, un trofeo que el francés guarda en un lugar especial de su vitrina de premios.
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