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Óscar Haro está aprovechando el parón invernal del Mundial de Motociclismo para dedicarle más tiempo a uno de sus proyectos personales más ambiciosos, el Revival Café Madrid, un motobar ubicado junto a la A6, a la altura de Pozuelo, que rápidamente se ha convertido en un punto de reunión fijo para miles de aficionados al mundo de las dos ruedas.
Precisamente desde las instalaciones del Revival Café Madrid, el director deportivo del LCR Honda ha ofrecido una entrevista al programa Espejo Público en la que ha hablado sobre el éxito organizativo del Mundial de MotoGP en plena pandemia de coronavirus, un modelo de burbuja ideado por Dorna que, en opinión de Haro, habría salvado muchas vidas en España de haberse aplicado un sistema parecido a lo largo de estos últimos meses previos al a segunda ola.
"Cada lunes antes de un gran premio vamos todos a hacernos una PCR", explica el madrileño, "solamente podemos acceder con una app que tenemos en el teléfono donde nos dice todo el historial médico. Si eres negativo puedes entrar y juntarte con una burbuja que es tu equipo, no podemos visitar nada que no sea nuestro equipo. Sí que ha habido algún positivo durante el año, pero en seguida se le ha aislado. Te juro que no es por hacerle la pelota al campeonato del mundo de motociclismo, pero si España hubiese funcionado como el mundial, España no tenía una segunda oleada".
Durante su charla junto a Fran Rivera, Óscar Haro recuerda con cariño cómo fueron sus inicios en el mundo de las dos ruedas, especialmente los viajes que tenía que hacer dentro de la furgoneta del equipo con el que empezó a colaborar como ayudante: "Cuando yo empecé a ir a las carreras no había dinero. Había un equipo de los hermanos Vargas, y les decía 'por favor dejadme ir con vosotros', y me decían 'Óscar no hay sitio en la furgoneta, va el mecánico y somos tres', y yo les decía que iba en la moto sentado... y fui en las motos sentado, te lo juro".
"Una vez me dijeron 'Óscar a esta carrera no puedes venir porque vendemos neumáticos para sacar dinero, va la furgoneta llena de neumáticos y donde vas tú sentado hemos metido más neumáticos'. Les dije que por favor vivieran a buscarme, a las cinco de la mañana vienen a buscarme, abro la puerta y ahí no cabía ni el aire. Saqué los neumáticos, me metí de pie y me pusieron dentro de los neumáticos y viajé así de pie", explica Haro entre risas.
Centrado ya en el presente, el gerente deportivo del LCR Honda asegura que "el tío más bueno que yo he visto en moto es Marc Márquez. Siempre nos fijamos, con todos mis respetos, en Valentino Rossi que es otro crack de la historia, una bestia, pero si tú ves los números de Marc son mucho mejores que los de Valentino. Piensa que Rossi se pegaba con un o dos pilotos porque la diferencia mecánica era muy grande entre las fábricas, y Valentino siempre tenía lo mejor. Tenía un talento increíble, pero él no se preparaba como lo hace Marc".
En opinión de Haro, el secreto de Marc radica en su preparación, su talento y una ambición que no conoce límites: "Tú no sabes lo que es Marc. Es una bestia, es un tío que ha nacido con un don natural para ir en moto, que ha cambiado el sistema del motociclismo, la manera de pilotar. Si a eso le sumas el hambre que tiene Marc, te encuentras con una mezcla explosiva que es imposible de mejorar".
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Por último, Óscar Haro recuerda una conversación que mantuvo con la leyenda de 500, Kevin Schwantz, en relación a cómo ha cambiado la forma de relacionarse entre los pilotos del campeonato: "Ahora vivimos mucho del marketing, de las redes sociales, vivimos mucho de la imagen. Todo el mundo quiere dar una imagen muy buena, todos quieren hacer así y que les brillen los dientes. Kevin Schwantz me dijo una vez que los pilotos de ahora son una guarrería, porque antiguamente 'éramos unos cabrones dentro de la pista, pero fuera éramos amigos'. Ahora es al revés, es como que dentro de la pista son todos guays porque están las cámaras, y dentro se meten unas puñaladas...", concluye Haro.