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Alguno puede pensar -y quizás con razón- que a Cal Crutchlow le han echado algún tipo de mal de ojo este año. El piloto de Coventry no deja de acumular lesiones en una temporada exprés en la que es fundamental mantener un buen estado físico dado lo apretado del calendario, y lo que quizás es más sorprendente es que la mayoría de problemas que arrastra el #35 del LCR Honda no tienen nada que ver con las caídas.
Cal arrancó el 2020 con una caída en el GP de Jerez que ya le dejó sin puntos en aquella cita, una fractura de escafoides de la que por fortuna se recuperó en pocos días y que no le impidió correr en Andalucía una semana después. El mes de agosto fue tranquilo para el británico, que pudo correr en Brno y Austria con cierta normalidad, aunque sus resultados fueron muy discretos con un 13º puesto en la República Checa como mejor posición.
Tras la segunda carrera de Austria, después de comprobar que el brazo derecho no le respondía como él esperaba sobre la moto, el piloto de 35 años optó por someterse a una intervención quirúrgica de síndrome compartimental con un resultado desastroso. Una mala cicatrización de la herida y un elevado riesgo de infección le apartaron de las dos carreras consecutivas celebradas en Misano en el mes de septiembre.
El británico se puso en manos de un cirujano plástico que le solucionó el problema de la herida para poder correr en Catalunya, pero entonces Crutchlow volvió a encontrarse con una nueva piedra en el camino: tras someterse a una prueba PCR en el Montmeló, el piloto del LCR Honda tropezaba a la salida de la oficina y se rompía los ligamentos del tobillo izquierdo.
Con mucho dolor y molestias, el #35 fue capaz de sumar seis puntos en Catalunya, confiando en que la del tobillo sería su última lesión en un caótico 2020 que además podría ser el último curso de Crutchlow en MotoGP si la opción Aprilia no sale adelante.
En Aragón, durante el segundo fin de semana consecutivo de carreras, Cal volvió a abrir su libro de 'lesiones inesperadas 2020' cuando, en el inicio de la carrera del GP de Teruel, algo se rompió dentro de su hombro derecho en un cambio de dirección, lo que acabó condicionando su resultado (fue 11º) en una carrera en la que, además, tampoco acertó con el compuesto de su neumático trasero.
"No ha sido un buen día, he acabado fuera del top 10", lamentó el Coventry. "Nuestro principal problema fue el neumático trasero, elegimos un neumático trasero blando y tenía un gran agarre al comienzo de la carrera, pero cuando me adelantaron, se hizo bastante evidente que a la salida de cada curva mis rivales tenían mucho más agarre trasero y yo no podía seguir mejorando y ser rápido".
Respecto a esta nueva lesión, Cal explicó que "a las cuatro o cinco vueltas de la carrera noté un chasquido en el hombro derecho cuando hacía un cambio de dirección de la curva tres a la cuatro. No hice nada extraño, sólo un poco más de wheelie, pero noté que algo explotaba en ese momento, y las dos o tres siguientes vueltas sentí mucho dolor aunque pude seguir en la carrera".
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De momento, el británico no sabe qué alcance tiene esta lesión, aunque confía en poder correr en Valencia dentro de una semana y media: "Mi mayor preocupación ahora es que me revisen el hombro para ver cuál es el problema. Me haré una resonancia y entonces tendré un diagnóstico para poder preparar un plan de cara a las tres últimas carreras", concluye Cal.