 Redacción @todocircuitoweb |
Jorge Lorenzo está preocupado por el tiempo. Finalizados los siete primeros grandes premios de la temporada, el balear está firmando su peor arranque en MotoGP, lejos incluso de los resultados que logró en su primer curso junto a Ducati. Si hace dos años el español marchaba séptimo en la general con 59 puntos en el inicio de su breve aventura con la fábrica de Borgo Panigale, en 2019 Lorenzo sólo ha sido capaz de sumar 19 puntos de un total de 175 en juego.
Tal y como ya le sucedió cuando vistió los colores de la fábrica italiana, Lorenzo pide tiempo. Tiempo para adaptarse a la RC213V; para introducir mejoras que le ayuden a no cansarse; meses para seguir trabajando con los ingenieros japoneses y ver cómo añadir su granito de arena al desarrollo de una moto que, desde 2013, ha ido creciendo de acuerdo a los gustos de un único piloto: Marc Márquez.
En una entrevista reciente ofrecida al Diario ABC, Jorge Lorenzo asegura estar dolido por no poder demostrarle a Honda los resultados que esperan de un tricampeón del mundo de MotoGP de su talla: "Han apostado por un piloto ganador de cinco mundiales al que le está costando demasiado la adaptación a la moto. El problema aquí es el tiempo", matiza Lorenzo, convencido de que "con tiempo y mucho trabajo se consigue: tener a Lorenzo y moto competitivos y ganadores. Pero en este mundo el tiempo pasa volando. Y nadie tiene mucha paciencia, ni el piloto ni el equipo", añade el español.
Lorenzo dice "no saber" cuánto tiempo necesitará para ir rápido con la RC213V, y es consciente de que en Honda podrían bajarle de la moto antes de cumplir los dos años de contrato si sus resultados no empiezan a encarar una tendencia positiva: "Entiendo que un equipo ganador como siempre ha sido Repsol Honda no puede tener un piloto haciendo décimos, el once, el trece. Lo entiendo perfectamente".
Durante su charla con ABC, Jorge Lorenzo también habla de la inevitable comparación con Marc Márquez a la que se ha tenido que someter desde que firmó por el Repsol Honda. El piloto de 32 años considera que "sería un error" el intentar "llegar al nivel de Márquez en poco tiempo" dado que la Honda "es una moto que solo desde fuera ya ves que está hecha para él. Márquez es más pequeñito, las piernas más pequeñas, es una moto más compacta, tienes que pilotar más agresivo y deambulando en las curvas, como a él le gusta pilotar. Es una moto perfecta para su medida. Y encima lleva siete años con ella".
El piloto de Palma de Mallorca ve muchas similitudes entre su situación actual y el panorama que se encontró en 2017 cuando llegó a Ducati: "Me ganaban todos. Andrea Dovizioso me sacaba un segundo, me ganaba Danilo Petrucci, Álvaro Bautista, incluso Michele Pirro que era probador, que no tenía experiencia en competición, pero sí con la moto. Yo no tenía experiencia y no sabía cómo pilotarla y me cansaba y la moto era muy brusca y no me encontraba cómodo ergonómicamente".
Sin embargo, Lorenzo saca pecho y recuerda que "con paciencia y mucho tiempo" fue capaz de ir rápido con la Ducati, pero ya era demasiado tarde: "Faltó la paciencia en el peor momento. Cuando faltaba tan poco tiempo para explotar, les faltó esa paciencia para confiar. Al final lo conseguimos".
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Ahora, un año después de que Ducati anunciara la no renovación del español, Jorge es testigo de una historia que vuelve a repetirse. El balear ya tiene la referencia de Ducati a la hora de medir la paciencia de una fábrica que espera resultados de un piloto tricampeón del mundo, por eso empieza a verse sin tiempo para demostrarle a Honda que puede volver a ser un piloto rápido sobre la RC213V: "El problema, como digo, es el tiempo. Si va a ser suficiente medio año, un año, un año y medio. No lo sabemos. Esperemos ver pronto algo de progreso", finaliza el mallorquín.
