 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
Maverick Viñales no ha tenido el final de temporada que esperaba en Valencia. Después de haber logrado la pole llegando desde la Q1 -algo que hasta ahora sólo había conseguido Marc Márquez-, el de Yamaha sufrió un problema eléctronico nada más arrancar la carrera de MotoGP que le hizo perder siete posiciones en sólo cuatro vueltas.
A partir del sexto giro, Viñales entendió qué estaba fallando en su M1, y después de las caídas de Pol Espargaró y Marc Márquez, recuperó tres posiciones y se quedó a rueda de su compañero, Valentino Rossi, en cuarta posición. Sin embargo, el español perdió el control de su moto en la vuelta 11 y tuvo que decir adiós a sus aspiraciones en Valencia, perdiendo así la oportunidad de superar a su compañero en la general del campeonato, conformándose finalmente con la cuarta posición final.
"He tenido un problema en la electrónica, desde la primera vuelta en la salida", explicaba Viñales a Movistar MotoGP. "Era un problema relacionado con el control anti-wheelie y el control de tracción, en las primeras vueltas no entendía nada, le daba gas y la moto no aceleraba, de golpe daba toda la potencia, he tenido cinco o seis vueltas para entender cómo pilotar la moto y pilotarla de la mejor manera y poder ir fuerte".
A pesar de la caída, Viñales dice estar "contento" porque "una vez he entendido cómo podía pilotar esa moto, con todos los problemas, estaba recuperando a Valentino, estábamos muy cerca de Alex y de Dovi, estábamos rodando bastante fuerte en ese momento, y pienso que la caída es consecuencia de este problema electrónico. Contento, porque realmente estaba yendo fuerte, incluso teníamos ahí delante a Marc, a Pol, a Miller, que estábamos yendo a por ellos, y contento porque me sentía bien con el tren delantero".
Y ahora es @maverickmack25 quien sufre esta aparatosa caída. Cada vez es más complicado pilotar. #MotoGP #VALmovistarMotoGP pic.twitter.com/WrKBoTN1pp
— MotoGP en Movistar+ (@movistar_motogp) 18 de noviembre de 2018
El balance que Maverick hace de esas últimas 17 carreras es "muy malo", y es que sólo cuatro podios y una victoria no son las cifras que se esperaban de un piloto que corre para una fábrica del nivel de Yamaha: "El balance de 2018 es muy malo, creo que la victoria [en Australia] no compensa todo el sufrimiento que hemos tenido, eso sí nos hará inteligentes y fuertes, creo que de este año tenemos que coger todo lo negativo y positivo y ser muy constructivos a la hora de construir un nuevo motor o una nueva moto, así que creo que este año nos servirá mucho de cara a los próximos".
Viñales confía en que la carrera de hoy sea el punto y final a una etapa gris en Yamaha. La temporada 2019 arranca pasado mañana en este mismo circuito, y Maverick confía en hacer un reset total para volver a tener una moto ganadora el próximo año. Dorsal nuevo (#12), motor nuevo, nuevo jefe de mecánicos, decoración Monster Energy... la de 2019 será una temporada que no tendrá nada que ver con la actual, al menos eso espera Maverick.
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"Con muchas ganas", dice Viñales respecto a la nueva temporada, "hoy en agua estoy muy feliz, estaba ahí luchando por el podio, cosa que en otras carreras siempre quedaba a 20 segundos y hoy estaba cogiendo a la cabeza de carrera, si hubiera una caída siendo así al final es una lástima, pero me he sentido bien encima de la moto, y eso era casi lo más importante. Hemos trabajado muy bien estas últimas cinco carreras, espero que con Esteban [García, su nuevo jefe de mecánicos] sobre todo pueda entenderme y ver qué es realmente lo que necesito".
