 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
El pasado 7 de julio, la familia del motociclismo recibió una noticia amarga: el fallecimiento del road racer William Dunlop tras un accidente en la Skerries 100. Un nuevo drama para los Dunlop, un nuevo golpe para el deporte. A los 32 años, Will se marchó haciendo lo que más le gustaba, al igual que su padre (Robert) y su tío (Joey). Es un tópico, pero ayuda a encontrar consuelo a ciertos sinsentidos que su mujer, Janine, también ha tratado en una carta muy emotiva, y repleta de agradecimientos, publicada en la web oficial del piloto.
A continuación hemos traducido el texto completo:
El sábado, cuando Ella y yo dijimos adiós a William en su caravana, él tenía una gran sonrisa en su cara. Estaba deseando ir a competir durante un par de días. Sin presión, sin preocupaciones. Solo ir y disfrutar de sí mismo. Ese es el último recuerdo que tengo de Will, yéndose de nuestra casa. Sentíamos que lo peor de la tormenta ya había pasado. Nuestra suerte estaba cambiando y estábamos haciendo planes para los próximos y emocionantes meses. Nos estábamos preparando para la vida como una familia de cuatro miembros. La ansiedad que solía aparecer cuando se iba a un fin de semana de carreras no estaba ahí esta vez. De hecho, cuando me llegaron noticias de que había algún tipo de problema, el pensamiento de que podía haber preocupación sobre William no entró en mi cabeza en un primer momento. No recuerdo las palabras que llegaron en los siguientes minutos, a decir verdad. Éramos muy felices, y así se supone que debían ir las cosas.
Ir a una carrera con su vieja caravana era un orgullo, a pesar de que todas las veces que se había averiado. Era la vida de William. Una vida que él amaba. Creo que siempre lo supe: la competición iba a ser parte de nuestras vidas. Él nunca sería capaz de dejarlo. Era intrínseco a la persona que era, a la persona que siempre sería. Aunque durante los dos últimos años podía ver que algo había cambiado para él. El día que Ella nació le miré, cuando la cogió en brazos, y vi cómo se enamoraba. Ese siempre será mi recuerdo más preciado. Creo que, ni él mismo, pensaba que fuera capaz de sentir tanto amor.
La concentración para planear un año en función de las carreras cambió por una cuenta atrás para volver a casa cada vez que se iba. Durante los últimos meses he tenido que confiar completamente en él, porque estaba preocupada por nuestro bebé. William nunca me dejó tirada, estuvo con nosotros y nos cuidó increíblemente bien. Sabía que él siempre pondría a su familia en primer lugar y, a cambio, William sabía cuánto le adorábamos. Nuestra familia era nuestro universo, nuestra pequeña burbuja. Y tengo problemas para olvidarlo. Creo que, por esa razón, desde que me enteré, solo he querido esconderme. Hablar sobre ello lo convertiría en una realidad y, simplemente, no estoy preparada para que todo eso ocurra todavía.
Solo quería que supierais que he leído los mensajes de apoyo y condolencia y estoy muy agradecida por ellos. A todo el mundo que ha enviado cartas, ha publicado sus recuerdos e imágenes y han compartido cómo se sintieron: por favor, sabed que los aprecio y los guardo. He hablado con aquellos que estaban cerca de él. Su círculo de amigos y patrocinadores, que estuvieron con él cuando la situación era muy dura. Era un grupo pequeño pero auténtico, y tenerles cerca de él ha sido muy importante. Hablar con ellos me ha hecho darme cuenta de la suerte que tenemos al disfrutar de él en nuestras vidas. No creo que William supiera lo excepcionalmente especial que era. Para ser alguien que prefería hablar poco, conseguía un impacto que duraba mucho en la gente. Fue esa indescriptible cualidad la que me enamoró de él. Se ha hablado muchas veces de lo incómodo que estaba con cualquier forma de halago, pero creo que Will habría estado muy orgulloso por saber lo mucho que se piensa en él y que, en alguna parte, alguien está sonriéndole.
A todos aquellos que habéis vistado la casa de Louise y acudido al funeral, sabed que vuestro apoyo se ha valorado mucho. La preocupación y el amor que le han dado a la madre de William son dignos de mención. Sus hermanos han estado muy orgullosos. Como pareja, creamos una nueva familia y han cuidado mucho de Ella y de mí, organizando todo y permitiéndome concentrarme en mi prioridad, los bebés. Mi madre, mi abuela y mi hermana no se han apartado de mi lado y no sé qué habría hecho sin ellas. Los road racers tienen el corazón de un león, pero estoy rodeada por las mujeres más fuertes que podría conocer. Espero que ellas también estén orgullosas de mí.
William compitió porque era su pasión. Estaba en su ADN y ha podido vivir de ello, como profesional, gracias a la gente que le ha apoyado. Gracias a todos. Finalmente, a aquellos que han sido tan generosos con Ella y conmigo, no puedo dar las gracias lo suficiente, pero quiero que sepáis lo mucho que lo aprecio. Habéis demostrado una compasión increíble. Algún día seré capaz de compartir sus increíbles recuerdos y logros con nuestros hijos. Y también seré capaz de compartir los recuerdos privados que dejó nuestra vida normal, de familia. Ambos son igual de importantes. Siempre sabrán lo especial que era papá y cuánto les quería. William era un deportista tremendo, pero donde realmente brillaba era como padre. Prometo que siempre lo sabrán.
Le echo de menos mucho más de lo que las palabras pueden expresar, pero también estoy agradecida porque tendré parte de William conmigo para siempre.
Daría cualquier cosa por un día más.
Gracias, de todo corazón.
Jan
