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Jorge Lorenzo esperó hasta el Gran Premio de Le Mans a que Ducati tomase una decisión sobre su renovación. El piloto balear y su representante, Albert Valera, ya habían sido previsores, y antes de afrontar la cita francesa del Mundial de MotoGP iniciaron su ronda de contactos con Suzuki, Honda y Yamaha para estudiar una posible salida de Jorge en el caso de que Ducati no estuviese interesada en contar con sus servicios.
Los 25 millones de euros que Jorge Lorenzo acumulará al término de su etapa ducatista son más que suficientes para que el el #99 rebajase sus pretensiones económicas de cara a asegurarse una moto competitiva en 2019. Su primer objetivo no era otro que el de culminar su sueño de ser campeón del mundo con Ducati, ofreciéndole a la fábrica de Borgo Panigale un sustancial recorte en su sueldo para seguir siendo el compañero de Andrea Dovizioso el próximo año.
En Ducati, toda su cúpula deportiva -formada por Gigi Dall'Igna, Davide Tardozzi y Paolo Cibatti- estaba abierta a retrasar la renovación del español para darle margen en su adaptación a la GP18, una moto con la que Lorenzo subió a lo más alto del podio en Mugello tras introducir un cambio en la forma del depósito. Sin embargo, la cabeza empresarial de Ducati, con Claudio Domenicali al frente, no estaba dispuesta a esperar tanto tiempo, y tomó la decisión de fichar a Danilo Petrucci después de que el italiano lograse subir al podio en Francia.
Le Mans fue el punto de inicio de las negociaciones de Albert Valera, mánager de Lorenzo, para buscarle un asiento competitivo a su piloto. Llamó a la puerta de Suzuki, pero en Hamamatsu ya estaban hablando con Joan Mir y además su presupuesto estaba bastante limitado (Mir cobrará 1,6 millones de euros por temporada frente a los 4 de Lorenzo en Honda según fuentes del paddok).
Jorge Lorenzo junto a Albert Valera
Lorenzo también habló con Dorna para ver la posibilidad de pilotar una Yamaha de fábrica dentro de una estructura satélite. Carmelo Ezpeleta le trasladó a Lin Jarvis esta posibilidad, y después de recibir el 'ok' del mandamás de Yamaha Racing, tocaba buscar una estructura que se hiciese cargo del proyecto, sonando con fuerza el Angel Nieto Team con el respaldo económico de Petronas.
De hecho, ayer mismo Aspar aseguró en declaraciones a El Larguero que el acuerdo está "a un 80%" de convertirse en realidad, aunque también dejó claro que no existía ningún tipo de pre-acuerdo ni nada similar con Lorenzo. " Los pasos a seguir era ver que existe el patrocinador, que Yamaha diese el 'ok' y ahora se estaba reconstruyendo el proyecto. Y eso va a seguir adelante, con Jorge o sin él", aseguró Jorge Martínez Aspar.
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El proyecto Aspar - Petronas parecía ser la solución ideal para Lorenzo, pero antes de seguir adelante por este camino decidió quemar su último cartucho y llamó personalmente a Alberto Puig para saber si había alguna mínima posibilidad de recalar en el Repsol Honda. Según informa el Diario AS citando al mánager de Jorge Lorenzo, el balear "convenció a Puig para que le fichara con una llamada telefónica, hablándole con el corazón y convenciéndole de que esa moto debía ser para él".
Puig trasladó los deseos de Lorenzo a la cúpula de Honda en Japón, y no fue hasta el pasado domingo en Italia cuando el tricampeón de MotoGP se reunió con el director de HRC, Tetsuhiro Kuwata, y con Alberto Puig para plasmar su firma en el contrato y convertirse en piloto del Repsol Honda las dos próximas temporadas.
Una historia que no ha hecho más que empezar y que ya augura una temporada 2019 realmente apasionante en MotoGP.