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Cal Crutchlow aseguró hace unos días que en MotoGP hay pilotos intentando "tomar atajos" a través de sustancias dopantes que les permitan mejorar su rendimiento sobre la moto. A diferencia de otros deportes en los que todos los profesionales están vigilados de forma constante, el sistema empleado por el Mundial de Motociclismo forma grupos para las tres categorías y esos corredores seleccionados son los únicos que deben someterse a la vigilancia constante. Hace varios años, miembros de la Agencia Antidopaje Mundial se presentaron en el domicilio que Jorge Lorenzo tiene en Lugano (Suiza) para pasar un control. Y pudieron hacerlo porque el #99, por aquel entonces, estaba dentro de ese grupo de observación.
Ante esta situación, Crutchlow pidió más controles y uno de los doctores de la Clinica Mobile, Michele Zasa, ha respondido en declaraciones a GPOne: "Paso mucho tiempo con los pilotos, pero no los sigo fuera de las carreras, así que no puedo poner la mano en el fuego. Por supuesto, hemos tenido muy pocos casos de pilotos que hayan dado positivo en dopaje. No veo una situación de dopaje generalizado, como en otros deportes. A veces existe un uso inconsciente de ciertas sustancias".
Aunque Zasa se muestra realista y reconoce que algunos medicamentos contienen sustancias prohibidas, asegura que existe un protocolo que contempla este tipo de situaciones. Si un piloto necesita tomar un producto concreto por razones de salud, "necesita el informe de un especialista" para demostrar que ese medicamento es el adecuado. Que no existe ninguna alternativa. Y entonces "se envía una solicitud a la comisión médica de la FIM, que luego decide".
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Crutchlow apuntó hacia los diuréticos como una de las sustancias utilizadas, presuntamente, por algunos de sus compañeros de profesión. El doctor de la Clinica Mobile aclaró que su uso es contraproducente porque disminuyen el rendimiento del piloto, aunque ayudan a perder peso. Su mayor utilidad es indirecta: permiten eliminar el rastro de otras sustancias dopantes. Por eso están prohibidos.
Cuando le preguntaron si existen suficientes controles a los pilotos, Zasa recordó que no le corresponde a él juzgar esa decisión, pero se mostró confiado con las normas actuales: "Tengo la idea de que, si hay un caso, se descubre tarde o temprano".
Vito Ippolito, presidente de la Federación Internacional de Motociclismo, insistió en que uno de sus objetivos es introducir controles de alcoholemia a los pilotos, una medida con la que Zasa está totalmente de acuerdo: "Es una prueba necesaria por razones de seguridad, por razones que pueden entenderse fácilmente".