Imagen: Red Bull Honda
 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
Stefan Bradl se proclamó campeón del mundo de Moto2 en 2011 tras mantener a raya a Marc Márquez, rookie de la categoría por aquel entonces, y al año siguiente inició su trayectoria como piloto de MotoGP. Su viaje por la categoría pesada del mundial arrancó sobre una RC213V del LCR Team, estructura con la que compitió durante dos años, 2013 y 2014, y consiguió un tercer puesto como mejor resultado (Laguna Seca, 2013).
Al año siguiente fichó por el equipo Forward Racing, pero los problemas legales del propietario, Giovanni Cuzzari, le llevaron hasta la órbita Aprilia. Tras un año y medio de dificultades y algún top diez con la RS-GP, hizo las maletas y se marchó al Mundial de Superbike para disputar el curso 2017 a los mandos de una Fireblade del Red Bull Honda. Las cosas no fueron mejor y la falta de resultados, unida a la lesión en el brazo sufrida al final de la temporada, le han dejado sin moto para 2018. A sus 28 años ha fichado por Honda para convertirse en piloto de pruebas de MotoGP.
Leer también | Crutchlow: "Me he convertido en una amenaza para Pedrosa y ha cambiado su comportamiento conmigo"
Desde que Casey Stoner dejó la marca del ala dorada para colaborar con el desarrollo de la Ducati Desmosedici, ningún expiloto de MotoGP más allá del fiel Hiroshi Aoyama había trabajado para HRC como test rider oficial. Bradl es consciente de que es un punto de inflexión en su carrera, aunque está decidido a aprovechar la oportunidad y a seguir el ejemplo de Mika Kallio, test rider de KTM que está creando una sólida candidatura gracias a sus buenos resultados como wild card.
Aunque la realidad económica es la que condiciona la presencia de ciertos pilotos en varias plazas de MotoGP, la presencia de pilotos centroeuropeos con menos palmarés que Bradl es un hilo de esperanza para el dorsal #6. Su nacionalidad también podría ser un argumento a favor: Alemania es una de las grandes potencias de Europa y a una categoría como MotoGP le interesa diversificar el número de banderas presentes en la clase reina.
Tras una temporada con notables cambios técnicos (nuevo motor Big Bang, nueva carcasa de Michelin después de tres carreras...) y con pilotos como Cal Crutchlow pidiendo una moto más fácil de pilotar para todos aquellos que no se llamen Marc Márquez, la labor de Stefan Bradl, que ya tiene experiencia con la MotoGP de Honda, se convierte en una pieza clave para la evolución del fabricante japonés.
