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El fin de Bimota parece ser inminente. De acuerdo al periodista Bruno de Prato, colaborador de Cycle World, las instalaciones de la mítica marca italiana ubicadas en un polígono industrial a las afueras de Rimini se encuentran prácticamente vacías. De hecho, en la actualidad sólo quedan allí tres o cuatro trabajadores que se encargan de gestionar un almacén donde se acumula parte del stockaje que se ha quedado sin ensamblar, un material cuyo futuro es ahora mismo incierto.
De Bruto asegura que los propietarios actuales de Bimota, Marco Chiancianesi y Daniele Longoni, se han llevado casi todo el material que había dentro de las instalaciones de Rimini a una pequeña nave en Lugano, Suiza, donde se están montando los últimos pedidos que ha recibido Bimota, la mayoría de ellos con varios meses de retraso acumulados.
Fundada en 1973 por Valerio Bianchi, Giuseppe Morri y Massimo Tamburini, Bimota -la suma de las dos primeras letras de sus apellidos- nació con el objetivo de ofrecer modelos únicos y exclusivos caracterizados por un chasis único y una parte ciclo prácticamente de competición. Desde sus inicios, Bimota ha empleado propulsores de otras marcas como Honda, Kawasaki, Suzuki y Ducati, designando el nombre de sus modelos en función del tipo de motor (HB, KB, SB, DB...).
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La salida de Tamburini por sus diferencias empresariales con Giuseppe Morri y la dificultad que implicaba el modelo de negocio de Bimota -las marcas japonesas no les vendían los motores y tenían que comprar las motos y desmantelarlas- provocaron una serie de bancarrotas, la última en 2001. Doce años más tarde, en 2013, los empresarios Marco Chiancianesi y Daniele Longoni recuperaron la marca, anunciando el lanzamiento de la BB3 propulsada por el motor de la BMW S1000RR, una moto que llegó a participar en varias carreras del Mundial de SBK.
En el EICMA 2015, Bimota presentó su espectacular Impeto, una naked propulsada por el motor Testastretta de Ducati a la que se le podía acoplar un compresor para incrementar su cifra de par máximo en un 20%. A partir de esa fecha, la marca de Rimini no volvió a lanzar más novedades ni a trabajar en nuevos modelos a raíz de sus problemas económicos, que han derivado en el cierre casi total de sus instalaciones.