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El día que el doctor Costa le salvó la pierna (y la carrera deportiva) a Mick Doohan

Publicado el 20/06/2017 en Mundial de Motociclismo

Imagen: Clinica Mobile

Por Cristian Ramón Marín
@Crms74 | Google+

El Gran Premio de Holanda de 1992 está escrito en los libros de historia del motociclismo español porque Àlex Crivillé consiguió la primera victoria nacional en la categoría reina. El catalán llevó su Honda NSR500 hasta lo más alto del podio y descorchó el champán para empezar a cosechar sus propios éxitos y abrir camino a las generaciones venideras. 

Ese fue el hecho positivo de un fin de semana que también tuvo una gran sombra. Mick Doohan llegaba a Assen con una gran ventaja al frente de la clasificación general. Había liderado con mano de hierro las primeras carreras del año, con cinco victorias y dos segundos puestos, pero ese inicio de campaña se torció cuando sufrió una caída durante los entrenamientos de Assen. La presencia de una mancha de aceite es la teoría más extendida en el paddock.

El australiano llegó al hospital con una fractura abierta de tibia y peroné en su pierna derecha. Nada especialmente llamativo si no hubiera existido un factor que agravó mucho la situación del piloto: la pierna no recibía sangre con la fluidez que necesitaba para recuperarse. Y eso derivó en una infección.

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La lesión se complicó hasta el punto de que los médicos se plantearon amputarle la pierna derecha y, con ella, una carrera deportiva que prometía los resultados que llegaron más tarde: 5 títulos y 54 victorias mundialistas.

El salvador de Doohan fue el Dr. Claudio Costa, fundador de la Clinica Mobile del mundial. El médico italiano propuso transferir sangre de la pierna sana a la dañada para mantenerla a salvo. "Me parecía una barbaridad, pero acepté, ¿qué podía hacer?", reconoció Doohan tiempo después. El australiano fue trasladado a Bolonia, donde permaneció en cama durante varios días con ambas piernas escayoladas una pegada a la otra.

El tratamiento funcionó y Doohan fue capaz de regresar en el GP de Brasil, justo a tiempo para defender el liderato que todavía conservaba. Aunque no puntuó, se mantuvo al frente de la general, pero acabó perdiendo el campeonato frente a Waine Rainey. Precisamente, el americano no había participado en la carrera de Assen por una lesión que arrastraba desde Hockenheim. 

La trayectoria deportiva de Doohan continuó, y la primera corona de 500cc llegó en el año 1994. El australiano alcanzó esta meta gracias, en parte, a la tecnología. Los ingenieros de Honda habían incorporado una palanca al manillar de su NSR500 con la que podía accionar el freno trasero, un sistema que evitaba los problemas con su pierna derecha, y con él consiguió cinco campeonatos consecutivos (1994-1998). El clásico relato del héroe que, tras superar un momento en el que todo parece perdido, alcanza la gloria. Una historia que se repite constantemente en MotoGP.

Tags: Mick Doohan, Dr. Claudio Costa, 500cc, Assen, #DutchGP.


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