![]() @sukosomoza | Google + |
El Circuito de Sepang ha puesto en evidencia la urgencia que tiene Honda para poner a punto a la electrónica de su RC213V 2017 de cara a la primera cita de Losail. La fábrica japonesa ha estenado en este último test una evolución del propulsor 'Big Bang' que Marc Márquez y Dani Pedrosa tuvieron ocasión de probar a finales de 2016, un motor con un carácter muy diferente al anterior 'Screamer' que debería solucionar los problemas que los pilotos Honda han venido sufriendo a lo largo de la temporada pasada.
Al término del test, Márquez puede dormir tranquilo sabiendo que ha terminado tercero en la tabla combinada, separado de Maverick Viñales por poco más de una décima (+0.138) y además demostrando un buen ritmo en su simulacro de carrera, con un promedio de 2:00,402 en las 11 vueltas que llegó a completar, el mejor ritmo entre los pocos pilotos que se animaron a hacer una tanda larga en el último día.
En opinión de Márquez, ahora mismo "es difícil entender cómo esta la situación", refiriéndose a los progresos y avances de cada fábrica. "Creo que todo está en el ritmo, porque a una vuelta hay pilotos que tienen algunos neumáticos blandos de más y otros no. Además he sacrificado mi ataque al crono en la última hora para hacer un simulacro de carrera de 11 vueltas, para entender más cosas y conseguir más información".
Comparando el motor 2016 con el 2017, Márquez comenta que su mejor tiempo con el propulsor antiguo fue de "2:00.4", pero apunta que sólo fueron "cuatro vueltas, a mitad de día y con neumáticos usados, así que los tiempos por vuelta en realidad son muy similares".
Lo que sí tiene claro Márquez es que, con el motor de 2016, ya era complicado conseguir algún avance: "La sensación que tengo es que con la moto anterior estamos ya en el límite y es difícil saber dónde mejorar. Con la moto nueva tenemos más par, y creo que tenemos un margen mayor de mejora. Ahora tenemos que ver qué camino seguir: trabajar con el antiguo para sacarle más potencia, o intentar adaptarnos al nuevo".
Conseguir que el motor 2017 se adapte a la electrónica de la RC213V es complicado, y es el mayor problema que Honda ha sufrido esta semana en Sepang: "Uno de los mayores problemas es que ya tenemos una base del año pasado, y ahora tenemos que cambiarla un poco. Es la primera vez que tenemos por delante tres días para probar el motor nuevo, desde la segunda o tercera salida a pista del primer día ya estaba subido en la moto nueva, para entenderla y acumular muchas vueltas. Pero sí, la electrónica es una de las partes que debemos mejorar".
Márquez descarta además que la potencia del nuevo motor 2017 sea la causante de sus problemas: "No, no es que sea demasiado potente, porque si lo comparas con las otras motos, algunas fábricas incluso tienen más potencia. Se trata de la entrega de par, cómo afrontar la salida de la curva y controlar el wheelie bajo aceleración".
¿Están en la misma situación que hace un año, cuando Honda también sufrió mucho en Sepang con la puesta a punto de la moto? "Estamos más cerca", responde el #93. "El año pasado estábamos mucho más lejos de los pilotos de arriba y sufríamos más. En el último test no entendíamos nada. Ahora sí lo entendemos y sabemos dónde están los problemas. También quiero probar en otro circuito. Malasia es un trazado algo especial, es muy cálido. Aquí tengo la experiencia de 2015, cuando fui muy rápido pero luego sufrí en los otros circuitos".
Por último, en relación al próximo test que llevarán a cabo en Phillip Island dentro de dos semanas, Márquez confía en que allí puedan dar "otro paso", aunque sabe que seguirán teniendo trabajo por delante: "Soy consciente de que al final de los tres días en Phillip Island no estaremos todavía a un buen nivel. Lo que quiero decir es que debemos ir paso a paso, intentar entender todo bien, una de las cosas más importante que saco de aquí es que hemos sido muy muy constantes".