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El primer test de Alex Rins con su nueva GSX-RR en Valencia durante el pasado mes de noviembre le demostró al piloto barcelonés lo complicado que puede llegar a ser la adaptación a una MotoGP. Tras completar con éxito la primera jornada de test, Rins sufrió en Valencia una dura caída durante la mañana del segundo día, un incidente que se saldó con dos pequeñas fracturas por aplastamiento en las las vértebras D8 y D12, lesiones que no le permitieron viajar hasta Jerez a la semana siguiente para seguir con su programa de test junto a Suzuki.
Además de perderse el test andaluz, la lesión dejó a Rins en el dique seco durante un mes, guardando un reposo absoluto que le obligó a retrasar su intenso programa de entrenamiento físico para fortalecer sus músculos y adaptar su cuerpo al exigente pilotaje de una MotoGP.
Hoy, durante la presentación del Team Suzuki ECSTAR sobre el paddock de Sepang, Rins ha asegurado sentirse "bien", sin dolores que puedan afectar a su rendimiento en el test que arranca mañana: "Ya no siento más dolor en la espalda, sólo un poco cuando me levanto por la mañana. Ahora tengo que ver cómo me siento sobre la moto, pero tengo tantas ganas de empezar que estoy seguro de que el dolor desaparecerá".
Su caída en Valencia fue más que suficiente para que el dorsal #42 de la parrilla se tome las cosas con calma: "Me perdí el test de Jerez y un mes de preparación, pero creo que estos nueve días de test invernales me permitirán recuperar el tiempo perdido. Dicho esto, me gustaría ir paso a paso, porque ya sé lo difícil que es hacerse a una MotoGP".
"El problema es que la MotoGP es muy exigente en todo", cuenta Rins. "Requiere más fuerza física pero también más concentración. Es cierto que durante el invierno no he tenido demasiado tiempo para entrenar por la lesión, pero estoy bien".
Preguntado por su adaptación a la GSX-RR tras permanecer dos temporadas en Moto2, Rins cuenta "no fue fácil", especialmente por la desbordante potencia de su nueva MotoGP: "Cuando me subi a la moto en Valencia sentí muchísima potencia en mis manos. Hacía wheelies todo el rato, lo iba notando, la verdad es que no es fácil ir rápido con esta moto. Tenemos que trabajar muy duro para el equipo y con toda la gente que trabaja con nosotros. Tengo muchísima ilusión por empezar ya y ser rápido".
¿Cuál es su objetivo para 2017? "Ser rápido", ha respondido Rins entre risas. "Ahora mismo no lo sé", se sincera, "ser el Rookie del Año es uno de los objetivos, en cuanto a los demás es pronto para decirlo".
Respecto a la presión de tener que seguir los pasos marcados por Maverick Viñales, Rins está dispuesto a superar sus resultados, pero sin que la idea le agobie: "Más o menos, pero en el fondo estoy tranquilo. Sé que estoy en un buen equipo, así que no tengo presión alguna. Soy consciente de que tarde o temprano llegarán las cosas buenas".
Por último, en relación a sus planes en los test de Sepang que arrancan mañana lunes, Rins dice que empezará "con la moto de 2016", y una vez se sienta cómodo, cogerá la moto de 2017: "No tendré demasiadas cosas que probar. Lo más importante será encontrar mi ritmo. Entonces me pasaré a la moto nueva".