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Jorge Lorenzo ha culminado un fin de semana de muchos problemas con una decimoquinta posición. El piloto del Movistar Yamaha MotoGP se ha anotado un punto a su casillero en Sachsenring y, según ha declarado al bajarse de la moto, era consciente de que no podía pelear por el podio desde el warm up. A pesar de ello, se ha mostrado positivo: "Al menos, estaba mejor y era más rápido que durante la primera sesión de la mañana".
El asfalto de la pista alemana se secó durante la prueba y el mallorquín no se sentía "seguro" ni tenía confianza con el neumático delantero, "ni en la frenada ni en las curvas". Ha cambiado de moto, pero "quizás era demasiado tarde", teniendo en cuenta que Marc Márquez ha sido uno de los primeros pilotos en pasar por el pit lane y ha podido remontar para ganar la carrera.
Al igual que Valentino Rossi, Lorenzo tenía preparada la segunda moto con neumáticos intermedios. Después de la carrera, ambos han confirmado que esta opción no era la más adecuada: los slicks permitían rodar mucho más rápido.
Jorge ya sufrió en condiciones de lluvia durante el Gran Premio de Holanda, y cree que debe replantearse su situación actual: "Tengo que hacer algo con respecto a los Michelin. Las sensaciones han cambiado significativamente en comparación con los Bridgestone". En las últimas temporadas era más competitivo sobre agua, pero ahora, los problemas son "más graves". "Actualmente, las condiciones mixtas y con bajas temperaturas son las peores para mí", ha detallado el pentacampeón del mundo.
La distancia respecto Marc Márquez, líder de la general, es de 48 puntos. Pero Lorenzo, segundo en la tabla de puntos, no tira la toalla: "No, no. La pelea por el título no termina mientras tengamos posibilidades matemáticas". La clave es "mantener una actitud positiva" y creer que es posible. Jorge está convencido de que necesita recuperar su confianza si quiere ser competitivo en la segunda mitad del año.