
Polémica en el Concello de Poio (Pontevedra) por una serie de multas impuestas por la Policía Local a varios conductores que giraron la cabeza para comprobar la presencia de un radar móvil. Los hechos se remontan al pasado 18 de abril, cuando una pareja de policías locales realizaban un control de velocidad en el kilómetro 1,5 de la PO-308 a la altura de Porteliña.
A medida que fueron pasando coches, los agentes empezaron a emitir multas a una decena de ellos "por girar la cabeza más de 45 grados", según reza en el boletín de denuncia que recibieron los conductores días después en su domicilio. Algunos de ellos, dada la escasa cuantía de la sanción (100 €), decidieron pagarla para aprovechar el descuento por pronto pago, pero otros denunciaron este abuso a varios diarios locales, saltando así la noticia a nivel nacional.
La polémica ha llegado al propio Ayuntamiento de Poio, que se ha comprometido a abrir una investigación para comprobar si los agentes se excedieron en la interpretación del artículo 18.1 del Código de Circulación, que reza lo siguiente: "el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad (...) y la de los demás usuarios de la vía". El alcalde de Poio, Luciano Sobral, ha asegurado que se devolverá el dinero a aquellas personas que hubiesen pagado ya la multa en el caso de que finalmente se anulen las sanciones.
Los dos agentes investigados se encuentran en este momento de baja tras sufrir un accidente de tráfico.
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