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El polémico Max Wrist vuelve a la carga. En esta ocasión, este alocado motorista se vuelve a jugarse el tipo en una carretera de montaña a lomos de su BMW S1000RR, superando en más de una ocasión las 140 mph (225 km/h) entre curva y curva, un vertiginoso viaje en el que le acompaña otro piloto igual de loco (o más) sobre una Yamaha R1.
En esta ocasión Max tiene que apurar al máximo para poder seguir el ritmo de la R1, hasta el punto de dejarse el espejo retrovisor derecho en un guardarrail que pasa, literalmente, rozando.
Una vez más, al igual que en el vídeo en el que se pica con un Ferrari F40 (ver vídeo), este 'youtuber' demuestra un gran control sobre su BMW, un talento que debería explotar en un circuito de velocidad, donde disfrutaría mucho más y, de paso, no pondría en peligro la vida del resto de conductores.
Podría tomar el ejemplo de Nino Pallavicini, un piloto que compite en el nacional alemán de Supersport y que hace poco nos regaló un espectacular pique con un Megane RS en Nurburgring Nordschleife (ver vídeo).