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Cuando la Suzuki GSX-R 1300 Hayabusa llegó al mercado en 1999 supuso un antes y un después en el mundo de las motos de altas prestaciones: sus cerca de 175 cv de potencia le permitían superar los 308 km/h, convirtiéndose en la moto de producción más rápida del mercado. En 2008 recibió un lavado de cara y una actualización en su motor, alcanzado los 197 cv de potencia, y una punta que, sin limitación electrónica a 299 km/h, podía superar los 320 km/h. De este modo, la Hayabusa fue la reina de la velocidad durante muchos años.
16 años después, el mundo de las dos ruedas se ha visto sacudido de nuevo por una moto que parece llegada del futuro, la Kawasaki Ninja H2R, un misil tierra-tierra de 310 cv propulsado por un motor de cuatro cilindos sobrealimentado que puede superar, según la marca, los 340 km/h. ¿Qué tal si las enfrentamos en una prueba de aceleración?