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En el mundo de los coches superdeportivos, el Bugatti Veyron se ha convertido en un modelo icónico gracias a su bestial propulsor W16 formado por dos motores V8 con un total de 8 litros de cilindrada y una potencia de 1001 cv (1200 cv en la versión Super Sport). Presentado en 2005, no tardó en convertirse en un objeto de deseo para gente adinerada y de altísimo poder adquisitivo capaz no sólo de pagar su precio (1,3 millones de euros), si no también su costoso mantenimiento: revisión anual de 15.000 euros, 30.000 euros anuales del seguro, 24.000 euros los cuatro neumáticos... y mejor no seguimos.
Los datos oficiales dicen que el modelo Super Sport es capaz de alcanzar los 415 km/h, acelerando de 0 a 100 en menos de 2,5 segundos y de completar el 1/4 de milla en sólo 10 segundos. ¿Serán suficientes sus 1200 cv para derrotar a una BMW S1000RR de 192 cv? En el vídeo puedes ver dos enfrentamientos directos, el primero pilla un poco por sorpresa al conductor del Veyron, pero en el segundo la cosa se iguala más.