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Un stunt rider norteamericano circula por una carretera haciendo un caballito cuando es sorprendido por un coche de policía. Se inicia entonces una persecución a gran velocidad en la que la moto no puede sobrepasar los 200 km/h por llevar un desarrollo muy corto para mejorar los trucos de stunt. El Dodge Charger de la policía alcanza el motorista e intenta obligarle a parar, pero éste logra escaparse en dirección contraria.
