 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
La Catedral. 1992. Doohan lideraba la general de 500cc tras ganar cinco de las siete primeras carreras de esa temporada. Con una renta de 52 puntos de ventaja sobre sus rivales más inmediatos, el Dutch TT se presentaba de la mejor forma posible para el piloto australiano. Sin embargo, no fue un camino de rosas. Pero tampoco lo fue para otras leyendas de la velocidad.
Durante los entrenamientos del viernes se confirmó que Wayne Rainey no disputaría el Gran Premio. En la carrera previa, celebrada en Hockenheim, el californiano se había lesionado muñeca y tobillo, y su team manager por aquel entonces, ‘King’ Kenny Roberts, no le permitió correr medicado contra el dolor. Según el periodista británico Mat Oxley, el campeón de la categoría reina en 1991 había entrado en razón y se había dado cuenta de que tenía que “escuchar” a su cuerpo.
La segunda víctima en este fin de semana fue Mick Doohan, que había formado un binomio imbatible con la NSR500 durante la primera mitad del año. El australiano se fue al suelo durante una sesión clasificatoria y sufrió una doble fractura de tibia y peroné en su pierna derecha. Aquel fin de semana, tras el pentacampeón del mundo, se cayeron Mamola, Gardner, Schwantz y Mackenzie, pero ellos corrieron mejor suerte y pudieron participar en la carrera del domingo. Al parecer, una mancha de aceite provocada por la Yamaha de Randy había sido la culpable de estos incidentes.
Ni Lawson ni Schwantz pudieron terminar la carrera de ese fin de semana, que se acabó convirtiendo en uno de los momentos más importantes en la historia de este deporte: Álex Crivillé ganó y consiguió el primer triunfo en la categoría reina para el motociclismo español. Kocinsky fue segundo, Barros tercero y Garriga se quedó a las puertas del cajón.
Más leyenda
La lesión que Doohan sufrió aquel fin de semana se complicó hasta el punto de que los médicos se plantearon amputarle la extremidad inferior derecha. Hasta que Claudio Costa, fundador de la Clinica Mobile del mundial, ofreció una solución alternativa que podía salvar la carrera del piloto: transferir sangre de la pierna sana a la dañada. "Me parecía una barbaridad, pero acepté, ¿qué podía hacer?", reconoció tiempo después. El tratamiento fue exitoso y regresó en Brasil, justo a tiempo para defender el liderato. Aunque no puntuó, se mantuvo al frente de la general, pero acabó perdiendo el campeonato frente a Rainey. Quién lo hubiera dicho tras los entrenamientos de aquel jueves.
Su carrera deportiva continuó, y el título siguió siendo una asignatura pendiente tras 1993. Los ingenieros de Honda habían incorporado una palanca al manillar de su NSR500 con la que podía accionar el freno trasero y, con ese sistema, consiguió cinco títulos consecutivos (1994-1998). Aquella mancha de aceite en la Catedral hizo que la leyenda de Doohan fuera más grande. Quién lo hubiera dicho tras los entrenamientos de aquel viernes.
En este vídeo puedes revivir esta carrera de 500 cc disputada en Assen en 1992:
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Imagen: MotoGP.com
