SECCIÓN 2



Y ahora llegamos a la zona 'de hombres', ya que nada más dejar atrás el giro de derechas encaramos una ligera subida que, sin previo aviso, cambia radicalmente a una bajada con una pendiente del 12%. ¡Ojo con la rueda delantera! Aquí lo difícil es mantenerla en el suelo. Si vas fuerte, es irremediable que se te levante durante un par de segundos, así que carga peso en el tren delantero y controla el wheliee.
Es imprescindible que a mitad de la cuesta ya estés situado en el lado derecho de la pista, ya que ahora viene una curva (8) de todo o nada: un giro rapidísimo de izquierdas que se hace en cuarta casi a fondo. El truco es pegarte primero al piano derecho, tirarte en el monento preciso al interior de la curva con el gas al 50% durante un segundo, y a continuación ir levantando la moto ya acelerando a fondo.
Ojo porque no conviene abrirse demasiado, nos quedamos a mitad de pista para poder encarar bien la siguiente curva de derechas (9). Aquí no hace falta frenar demasiado ya que, antes de llegar a la curva, vamos cuesta arriba, así que con rozar el freno y bajar un par de marchas, hasta segunda, es suficiente. Trazamos un giro de 90º al que llegamos cuesta abajo, pero saldremos de nuevo con pendiente ascendete. Cuidado con el gas aquí, es fácil salir por orejas.
SECCIÓN 3



Se trata de una paella de 180º cuesta abajo. Lo mejor es trazarla en tercera para que la moto no vaya demasiado nerviosa. A mitad del giro ya podemos ir abriendo gas con decisión y levantando la moto, ya que tenemos mucha pista a la salida. Y ya sólo nos queda por delante la última curva (13) del circuito, a la que conviene llegar fresco si no queremos llevarnos el susto de nuestra vida. Aquí es fácil desconcentrarse y perder las referencias, ya que llegas cuesta arriba a un cambio de rasante en el momento justo de tirar la moto.
En esta zona, cada piloto suele llevar sus propias referencias en lo que se refiere a la marcha más adecuada. Los hay que entran en cuarta y mantienen esta marcha con la rodilla en el suelo durante toda la curva, otros bajan hasta tercera y meter cuarta a la mitad. Todo depende de los desarrollos y, sobre todo, de las narices que tenga cada uno. Lo mejor para no llevarse un susto es entrar muy pegado al piano interno justo en el momento del cambio de rasante, así tendremos toda la pista disponible para nosotros y podremos dosificar el gas para no ir ni muy pasados ni muy cortos.
Una vez hemos dejado esta zona atrás, encaramos de nuevo la recta principal del circuito de Portimao acelerando a fondo.