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A falta de un milagro, la marca española Gas Gas está condenada a desaparecer. Tras presentar el pasado 16 de enero un pre-concurso de acreedores en un juzgado de Girona con el objetivo de reestructurar su deuda de 24 millones de euros, el fabricante catalán presentó la pasada semana una solicitud de concurso de acreedores definitiva con un pasivo de 40 millones de euros.
Gas Gas, actualmente el mayor fabricante del mundo en motos de Trial, ha estado estos últimos cuatro meses buscando sin éxito un inversor dispuesto a desembolsar los cinco millones de euros que les exigía la banca para poder renegociar su deuda. Se llegó a rumorear un posible interés por parte de KTM, que rápidamente lo desmitió a través de un comunicado ofical.
La producción de su planta ubicada en el Polígono Torremirona de Salt está detenida desde el pasado mes de enero, cuando 26 de sus 100 trabajadores se fueron a la calle a través de un ERE. El resto también tuvo que aceptar un Expediente de Regulación de Empleo de seis meses de suspensión en un máximo de dos años, acompañado de una reducción salarial.
El concurso de acreedores presentado por Gas Gas podría poner fin a una marca que, este año, cumple su 30º aniversario. Por el momento, fuentes de la Generalitat no descartan utilizar fondos públicos -ya se emitió un préstamos de 2 millones de euros en 2014- para tratar de evitar el cierre de la compañía, que afectaría de forma directa a más de 75 familias.
La mala situación de Gas Gas también afecta a sus pilotos.
Adam Raga, seis veces campeón del Mundo, ha perdido el patrocinio de la marca en el Mundial y en el Nacional de Trial, donde marcha líder. El piloto español recibía la noticia
el mismo día en el que se hacía las fotos oficiales del equipo, una situación
"dramática" según ha contado Raga al
Diario AS.
"El problema es que Gas Gas había anunciado una presuspensión de pagos, pero aseguraban que iban a seguir adelante, porque cuentan con una serie de socios capitalistas con dinero. Sin embargo, el pasado lunes por la tarde se ejecuta la suspensión de pagos y, esos mismos socios que iban a sacar todo adelante, dicen que no se va más a las carreras", ha comentado el piloto que, si bien se queda con las dos motos oficiales y todo el recambio, necesitará patrocinadores que puedan cubrir el gasto de mecánicos, mochileros, viajes y demás, cerca de 100.000 euros hasta finalizar el año.