Una vez terminen toda la instalación, un perito será el encargado de medir de nuevo los niveles sonoros en el exterior del recinto, para ver si la colocación de dichas vallas ha servido para algo y se reduce notablemente el impacto acústico. De momento tendremos que cruzar los dedos para ver si esto sirve para algo, y podemos volver a disfrutar del encanto y la magia de un circuito tan divertido como es el Jarama.
En las fotos, tomadas por Manuel Martín Merino, podéis ver las pantallas acústicas al final del todo, construidas con hormigón y con un altura aproximada de cuatro metros.
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