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El fin de semana festivo del Aprilia All-Stars en el circuito de Misano ha tenido un protagonista inesperado en la crónica de incidentes: el propio CEO de Aprilia Racing, Massimo Rivola. El máximo responsable de la escudería de Noale, conocido por su intensa actividad en los despachos del Mundial de MotoGP, experimentó en carne propia los rigores de la competición al sufrir una caída mientras participaba en una carrera del Trofeo Moto Guzzi Fast Endurance, evento enmarcado dentro de las celebraciones de la marca.
Rivola, un reconocido y gran apasionado de las motocicletas que no duda en bajar a la pista siempre que tiene ocasión (el sábado había estado rodando todo el día con su Aprilia RSV4 ex3ma), se alineó en la parrilla de la competida copa monomarca de Moto Guzzi. Partiendo desde una prometedora tercera posición, la aventura del directivo italiano en la carrera del domingo fue, sin embargo, efímera y con un desenlace inesperado.
La carrera del Trofeo Moto Guzzi Fast Endurance, con su peculiar y siempre emocionante salida tipo 'Le Mans', apenas había comenzado cuando, a la salida de la tercera curva del trazado Marco Simoncelli, la Moto Guzzi V7 de Rivola le catapultó por los aires en un aparatoso highside. Un susto considerable que, afortunadamente, no tuvo consecuencias mayores más allá de una lesión menor y alguna magulladura.
Tras el percance, el máximo responsable de Aprilia Racing pasó por el centro médico del circuito para una evaluación. El diagnóstico: una fractura en un dedo de la mano derecha, concretamente afectando al anular y meñique, que fueron debidamente inmovilizados. Lejos de perder el humor, Rivola bromeó sobre su percance con la prensa allí presente, demostrando un gran talante deportivo. "Para entender a un piloto lesionado... ¡tienes que lesionarte!", comentó con su habitual ironía.
Con una sonrisa y la mano ya vendada, el propio Rivola explicó la causa del percance con autocrítica y buen humor, atribuyéndolo a un exceso de confianza con las gomas frías. "Hice una buena volada", relató. "Subestimé el hecho de que no se usan calentadores de neumáticos... di demasiado gas". Un recordatorio de que la pista no perdona descuidos, ni siquiera a los más experimentados que deciden ponerse el mono de competición.
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Este incidente, aunque leve en comparación con las lesiones que a veces sufren sus pilotos de MotoGP, como el recientemente convaleciente Jorge Martín, le ha servido a Rivola para, según sus propias palabras jocosas, empatizar aún más con los desafíos físicos y mentales que enfrentan los pilotos profesionales.