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Pecco Bagnaia ha salido de Qatar con cara de póker. Lo que en el papel parece un buen resultado —segundo puesto en la carrera larga del GP de Losail— tiene sabor agridulce para el piloto de Ducati. Aunque no lo sabía mientras hablaba con la prensa, el castigo a Maverick Viñales por la presión inadecuada en sus neumáticos le iba a regalar un puesto en el podio. Pero ni eso fue suficiente para que el italiano se fuera del desierto con una sonrisa completa.
“Estoy contento, pero no del todo”, soltó Pecco sin rodeos, reflejando la frustración de un fin de semana donde esperaba mucho más, sobre todo teniendo en cuenta que Losail es un trazado donde Ducati suele sacar músculo. La idea de superar a su nuevo compañero de equipo, Marc Márquez, con quien ahora comparte box en la todopoderosa escudería oficial, se desvaneció tan pronto como el sábado se convirtió en un pequeño desastre.
Y es que la caída en la clasificación le condenó a salir desde la undécima posición en la parrilla. Desde ahí, la remontada fue épica, sí, pero también costosa. “Debo conseguir hacer el sábado lo que me sale el domingo”, admitió, sabiendo que su punto débil sigue siendo el formato Sprint, ese pequeño demonio de los sábados que no le termina de cuadrar.
En la carrera principal, Bagnaia exprimió lo que pudo de la Desmosedici. “He salido fuerte, pero no es fácil gestionar la carrera saliendo tan atrás”, explicó. Y no lo fue. El duelo con Franco Morbidelli le costó más de lo previsto, tanto en energía como en neumáticos. “Probablemente forcé demasiado, luego llegó el duelo con Morbidelli y acabé las gomas. Cuando en un momento superé a Marc, empecé a notar que los neumáticos ya no estaban bien y me di cuenta de que él sí los había gestionado mejor”, detalló.
El problema, según sus propias palabras, estuvo claro desde el minuto uno. “El único modo de intentar luchar contra Márquez era salir cerca de él. Yo no estaba en esa posición y fue culpa mía”.
Durante la conversación, Bagnaia no escondió su malestar por ese fallo en clasificación que lo arrastró a la cuarta fila. “Cuando sales tan atrás, tienes que exprimir más las gomas para adelantar a los que tienes delante”, explicó, visiblemente frustrado. En esa lucha con Morbidelli perdieron un segundo respecto a Viñales, y aunque logró acercarse a medio segundo de Maverick, al final las vibraciones en su moto y el desgaste de los neumáticos le impidieron rematar.
“El problema más grande fue salir 11º, si no ocurre algo fuera de lo normal, es difícil pensar en hacer algo mejor que un podio. No debo más encontrarme en esa posición”, sentenció, casi como una promesa consigo mismo.
Un octavo puesto en la Sprint y un segundo (con asterisco) en la carrera del domingo saben a poco para un piloto que quiere sumar su tercer título. Aun así, no todo fue para tirar a la basura: “Fui rápido, pero fui yo quien tiró a la basura este fin de semana. Sobre todo, debo trabajar en la Sprint, siempre es la misma historia”.
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La mirada ya está puesta en Jerez, donde Bagnaia lleva tres años sin que nadie le tosa. Pero ni siquiera eso le relaja. “Creo que este era el circuito en el que podía marcar más la diferencia. Aunque sé que Marc aquí ha sido muy rápido, ha luchado por la victoria contra Ducati, que siempre ha sido la referencia en esta pista. Creo que en Jerez habrá más batalla, allí Márquez es fuerte, como en Le Mans”.