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La temporada apenas ha comenzado y ya hay voces críticas que señalan directamente a una de las fábricas más emblemáticas de la parrilla: KTM. En la última entrega del pódcast Duralavita, Ramón Forcada —histórico jefe técnico de pilotos como Jorge Lorenzo, Maverick Viñales o Franco Morbidelli— no se ha mordido la lengua al analizar el momento delicado que atraviesa la marca austriaca, tanto en el plano deportivo como en el financiero.
Con una deuda acumulada de 2.000 millones de euros y un rendimiento por debajo de lo esperado en el Mundial de MotoGP, la situación de KTM está lejos de ser ideal. La tabla de constructores no miente: empatada con Aprilia en la penúltima posición con 22 puntos, la distancia respecto a Ducati —que lidera con 74— es abismal.
Brad Binder es, de momento, el mejor clasificado entre los pilotos de la casa naranja. Séptimo en la general, su rendimiento está lejos de los puestos de podio de forma regular. Pedro Acosta, la joven promesa llamada a revolucionar la parrilla, marcha 10º. Ninguno de los dos ha conseguido aún meter a la RC16 entre los favoritos de cada fin de semana.
Pero donde la situación se vuelve más preocupante es en el box del Red Bull KTM Tech3. Allí, dos figuras de renombre como Maverick Viñales y Enea Bastianini no encuentran el rumbo. Viñales es 17º en la general, con solo cuatro puntos tras dos Grandes Premios. Bastianini, por su parte, suma siete y ocupa la 14ª plaza.
Forcada lo resume así: "Para mí, lo más decepcionante es donde están Bastianini y Maverick. En teoría decían que la moto era la misma que la de fábrica... pero donde están, es realmente desesperante".
El técnico catalán también ha puesto el foco sobre la situación interna de KTM, donde los problemas económicos parecen estar afectando al proyecto en pista. “El acuerdo que se ha hecho en la fábrica de KTM con los proveedores tiene muchas incógnitas. En principio parece que se va a despedir a mucha gente, pero se salva la fabricación y mucha parte se traslada a la India. Al final, el recorte que ha habido de Red Bull de esponsorización y lo que ha pasado en la fábrica... es complicado. No sé hasta qué punto el gobierno austriaco no lo dejará caer”, explica.
Forcada, con la experiencia de haber vivido la retirada de Suzuki cuando todavía trabajaba en el paddock, hace una comparación entre ambas situaciones: “No es la misma situación que Suzuki. Suzuki es un grupo industrial. Tenían una pequeña fuga que eran las motos, y llegó el accionista principal, ligado a Toyota, y dijo ‘esto fuera, ¿hay penalización? Cuánto es, la pago’. Al final, en el cómputo global, aquello eran cacahuetes para Suzuki, pero en KTM no”.
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El caso de Bastianini es especialmente llamativo. El italiano venía de formar parte del equipo oficial de Ducati y llegó a KTM con la promesa de un proyecto ambicioso. Sin embargo, según Forcada, no todo fue como se le había prometido: “Bastianini es el que está en una posición mental más desesperada, porque cuando firmó con KTM le cambiaron la mitad del contrato, él se plantó y les dijo 'o me dais esto, o no firmo', pero ya había firmado. Pecco quería mantener a Enea como compañero de equipo, este sí que ha pasado del cielo al infierno saltándose el purgatorio”, zanja.