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Si pensabas que el mundo de las motos custom ya no podía sorprenderte, prepárate: Triumph Francia ha soltado las riendas y ha dejado a sus concesionarios hacer lo que les dé la gana. Literalmente. Su concurso de personalización para 2025 es una declaración de intenciones: libertad total, sin reglas molestas ni presupuestos encorsetados. ¿El resultado? Un desfile de máquinas de lo más variopinto, y sobre todo, con un carácter único.
Aquí no hablamos de cambiar los espejos o ponerle una pegatina chula al depósito. No, aquí se han metido hasta la cocina: chasis modificados, compresores, horquillas de otras motos, piezas en carbono, pintura que parece sacada de un concept car... sin reglas ni límites.
Vamos a lo jugoso. Cinco bestias (más bien obras de arte con ruedas) destacan por encima del resto. Empezamos por la Daytona 660 “R”, una deportiva con alma de circuito. Le han calzado las tijas de la Daytona 675, una cúpula Puig, un montón de piezas en acabado carbono cortesía de Mickey Hydro-dipping, bomba de freno Accossato 19 mm, asiento personalizado Jag Revival y para rematar, un escape Akrapovic.
Luego está la SpeedCharged 1200, que es básicamente lo que pasaría si una Speed Twin se fuera al gimnasio, se pusiera un compresor y dijera: “Ahora sí, mírame”. Con sus 140 caballos de potencia, esta modern classic está muy lejos de ser una clásica tranquila. Lleva un monobrazo y horquilla Öhlins estilo Speed Triple 1050, frenos Beringer que muerden como si no hubiera un mañana, y una pintura Triumph Racing que mezcla el rollo retro con agresividad futurista. Según sus creadores, “preparaos para unas sensaciones incomparables”. Y no suena a farol.
Triumph Daytona 660 “R”
Triumph SpeedCharged 1200
La tercera en discordia es la Eleanor, una Bonneville T120 que parece sacada de un cómic steampunk con presupuesto ilimitado. Bastidor pintado en bronce, ruedas Excel de 21 y 18 pulgadas con bujes violetas de Yamaha TTR250, y un tren delantero entero robado —legalmente, suponemos— de una TTR250. La lista de mods es interminable: faro PIAA, mandos Thruxton, arranque sin llave, sistema eléctrico reprogramado para modo off-road sin ABS, y hasta un basculante modificado para aceptar doble amortiguador. ¿Minimalismo? Aquí no.
Ahora vamos con la joya más exótica: la Speed Triple Huayra, inspirada claramente en el mundo de los superdeportivos italianos. Llantas y chasis con acabado policromado, piezas de carbono únicas, escape racing y una pintura y tapicería al estilo Pagani. No, no es barata. No, no pasa desapercibida. Y sí, podrías pasar horas mirándola sin aburrirte.
Triumph Eleanor
Por último, la Bobber Legacy Racer, una reinterpretación flat track de la icónica Bobber 1200. Se han cargado el velocímetro y todo lo que no aporta actitud. Han añadido un asiento con muelles, un depósito de Thruxton repintado, placas con número, piezas hechas en 3D y un nuevo sistema de freno delantero. Una bestia con estética de óvalo de tierra, nacida para derrapar con estilo.
Triumph Huayra
Triumph Bobber Legacy Racer
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El concurso ya está en marcha y puedes votar por tu favorita online. ¿La guinda? Triumph sortea 1.500 € en ropa y accesorios entre los votantes. Sí, básicamente te pagan por babear frente a estas bellezas y decidir cuál te roba más el corazón.