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Si una Triumph Speed Triple 1200 RR ya es una moto radical, imagina una versión sobrealimentada capaz de superar la potencia de una Kawasaki Ninja H2R. Eso es exactamente lo que ha logrado Thornton Hundred, el taller británico especializado en motos personalizadas y accesorios de alto rendimiento.
Su Speed Triple 1200 RR Supercharged no solo es una máquina de ingeniería extrema, sino que ahora está disponible para quien quiera desembolsar 55.000 libras (unos 64.000 euros) y llevarse una bestia de 400 CV a casa.
Esta joya sobrealimentada debutó en el Festival de la Velocidad de Goodwood, donde dejó boquiabiertos a los asistentes al subir el icónico hillclimb derrapando y envuelta en una nube de humo. Allí demostró su potencial máximo: 400 CV al cigüeñal en su configuración más agresiva. En su modo estándar, tampoco se queda atrás, entregando 230 CV a la rueda trasera en un conjunto que solo pesa 190 kg.
La moto es obra de Jody Millhouse, fundador de Thornton Hundred, quien ha llevado el motor tricilíndrico de la Triumph a otro nivel. Para lograr semejantes cifras, la Speed Triple ha sido equipada con un supercargador Rotrex C30, acompañado de un sistema de inyección de agua y metanol alojado dentro del basculante extendido de aluminio mecanizado, una pieza de ingeniería que añade 180 mm a la distancia entre ejes y tiene un valor estimado de 14.000 euros.
A nivel estético, la moto ha sido completamente transformada con carrocería en fibra de carbono, incluyendo las carenados delanteros y laterales, las aletas, el faro y la cubierta del asiento trasero. Además, cuenta con aerodinámica activa, un elemento poco común en motos de calle que mejora la estabilidad a alta velocidad.
Para reducir el peso al máximo, la Speed Triple lleva llantas de carbono Rotobox y un escape de titanio hecho a medida que pesa solo 2,4 kg. También se ha instalado un sistema de frenos personalizado con la eliminación del ABS, dejando claro que esta moto está pensada para quienes buscan sensaciones puras al manillar.
Lo más sorprendente de esta creación es que, a pesar de su brutalidad, es completamente legal para circular por la calle y cumple con las normativas de la ITV británica. Además, apenas ha sido utilizada: solo 250 millas (unos 400 km), la mayoría recorridos en el Festival de Goodwood entre derrapes y aceleraciones al límite del corte de encendido.
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