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La Vöcklabrucker Metallgießerei Dambauer GmbH, una fundición con sede en Austria que suministraba componentes para KTM y otros fabricantes, está cerrando sus puertas tras casi siete décadas de operación. Esta noticia marca un golpe significativo no solo para los más de 100 empleados afectados, sino también para la familia que fundó y dirigió la empresa durante generaciones. Y parece que KTM tiene algo que ver en el tema.
La fundición era, hasta hace poco, una empresa familiar. En 2022, Pierer Beteiligungs GmbH, vinculada al grupo KTM, adquirió el 70 % de la compañía. En ese momento, la fundición contaba con más de 150 empleados y generaba ingresos por unos 32 millones de euros. Sin embargo, no dependía exclusivamente de KTM, ya que aproximadamente la mitad de sus ventas provenían de otros clientes, incluyendo componentes destinados a motocicletas de BMW.
La noticia de la bancarrota fue confirmada por la asociación de protección de acreedores KSV1870, la cual detalló que los directivos de la fundición tenían esperanzas de recibir apoyo financiero de KTM Components AG para mantener la empresa en funcionamiento. Según los informes, se esperaba que KTM ayudara a solventar los gastos operativos y el pago de salarios, incluso durante los períodos de inactividad en la producción.
Sin embargo, estas promesas nunca se materializaron. Alexander Meinschad, representante de KSV1870, comentó: “Suponemos que la empresa deudora será cerrada en el tribunal de quiebras tan pronto como el administrador de insolvencia realice una evaluación previa, y que los activos restantes se utilizarán de la mejor manera posible”.
El cierre inminente significa un futuro incierto para los empleados, muchos de los cuales aún no han recibido sus salarios. Además, la empresa estaba a punto de celebrar su 70º aniversario en 2025, un hito que ahora quedará en el olvido. La liquidación de los activos físicos parece ser el único camino viable, con el objetivo de recuperar parte de las pérdidas económicas. Esto no solo impactará a la región, sino también a la industria, ya que la fundición desempeñaba un papel importante como proveedor de piezas clave para fabricantes de motos.
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El caso de la Vöcklabrucker Metallgießerei Dambauer GmbH pone de relieve los riesgos inherentes en las asociaciones empresariales y la dependencia de grandes clientes. Para la familia que la construyó y los empleados que dedicaron sus vidas al negocio, este cierre es un recordatorio amargo de lo frágil que puede ser la estabilidad económica incluso para empresas con décadas de historia, especialmente cuando dependen de otras.