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La crisis de KTM se sigue cobrando víctimas. En esta ocasión, la firma austriaca se desliga económicamente como apoyo del Campeonato del Mundo de Hard Enduro de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Un apoyo que hasta ahora era muy importante financieramente, pero que debido a la delicada situación por la que atraviesa la marca con su particular concurso de acreedores, no se pueden permitir gastos extra. Y este era uno de ellos, a priori.
La delicada situación económica de KTM, agravada por circunstancias globales y específicas de la industria, sigue cobrando víctimas. El fin del apoyo al Campeonato Mundial de Hard Enduro de la FIM es un duro varapalo teniendo en cuenta que es un torneo que ha dependido de su generosidad desde su creación.
El impacto de esta decisión ha llevado a la WESS Promotion GmbH, la empresa detrás de la organización de la serie, a entrar en proceso de liquidación. Según Winfried Kerschhaggl, director del campeonato, el equipo está trabajando intensamente para garantizar la continuidad del torneo a partir de 2025 bajo una nueva estructura legal. "Es un golpe duro, tanto profesional como personalmente, pero estamos comprometidos a mantener vivo el campeonato", comentó en una reciente entrevista con SPEEDWEEK.
Tal es la situación que, a partir de ya, el calendario de la próxima temporada podría sufrir modificaciones, especialmente en eventos internacionales como el Outliers de Canadá, debido a la necesidad de reducir costos tanto para los organizadores como para los equipos participantes. Los gastos de viaje, ya elevados, representan un obstáculo cada vez mayor en la actual coyuntura económica. Y KTM ya no puede ayudar en eso.
A pesar de los desafíos, Kerschhaggl asegura que el equipo ha recibido el apoyo unánime de los organizadores y ha iniciado conversaciones “prometedoras” con posibles patrocinadores. "La prioridad es garantizar la seguridad de la planificación y mantener viva la serie. Todos los involucrados comparten ese compromiso", dijo el directivo.
Más bien lo ven como una oportunidad de salir adelante y a partir de ahora, "construir un campeonato más libre, diverso e inclusivo, que refleje la evolución del motociclismo en el siglo XXI". También cuentan con el respaldo de la FIM y el equipo directivo actual.
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La ausencia de KTM será un vacío difícil de llenar, pero también una oportunidad para que otras marcas y patrocinadores tomen el relevo en una disciplina que no deja de ganar adeptos en todo el mundo. Mientras, los de Mattighofen siguen aguantando el chaparrón de una crisis que se antoja larga, con casi 130.000 motos sin vender y una deuda que ya asciende a más de 1.800 millones de euros.