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Fabio Quartararo vivió una nueva decepción en el Gran Premio de Japón tras quedarse sin combustible en los últimos metros, un problema que ya le había sucedido hace apenas tres carreras en Misano. En esa ocasión, la falta de gasolina le costó un valioso quinto puesto, su mejor resultado de la temporada, mientras que este fin de semana en Motegi, el francés perdió la undécima posición frente a Johann Zarco en las últimas curvas.
“Dos veces en tres carreras creo que es un poco demasiado”, se quejó Quartararo al respecto. "Ya antes del puente empecé a notar que se estaba parando, y luego, en la última curva, la moto simplemente se detuvo". La frustración de Fabio era evidente, no solo por el error técnico que se repite, sino por la falta de advertencias que recibió antes de quedarse sin gasolina.
“No tuve ningún aviso de que me quedaba poco combustible hasta que ya fue demasiado tarde”, explicó el piloto francés. “Para mí, el problema es que aún no han ajustado bien la electrónica. Creo que la estrategia claramente no está funcionando”.
Además del problema de estrategia, Quartararo señaló un fallo en la información mostrada en el tablero de la moto, un aspecto crucial para gestionar la carrera. "Las luces del tablero no están funcionando como deberían. La luz apareció cuando ya estaba sin combustible. Era demasiado tarde", lamentó Quartararo, evidenciando un problema básico de comunicación entre la moto y el piloto.
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Después de igualar su mejor resultado de la temporada —séptimo lugar— en las tres rondas anteriores, el piloto de Yamaha esperaba tener un rendimiento más sólido en Motegi. Sin embargo, el fin de semana se convirtió en una experiencia difícil desde el principio, con una molesta falta de agarre en la parte trasera de su Yamaha M1, un problema que persistió durante toda la carrera.
"Ha sido un fin de semana realmente duro", comentó Quartararo. "Sentí como si estuviera con un neumático usado desde la primera vuelta de la carrera. No tuve ningún agarre desde el principio, y esto es algo que no podemos entender". El francés dejó claro que la dependencia de la moto con respecto a las condiciones del circuito es demasiado alta, lo cual afecta seriamente el rendimiento: "Nuestro grip depende demasiado del circuito y no de la moto".
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La frustración de Quartararo contrasta con su rendimiento en Emilia-Romaña, donde aunque también se quedó sin combustible en los últimos metros, al menos pudo disfrutar de un fin de semana competitivo y pelear en las posiciones de cabeza. En Motegi, la situación fue diferente, y los problemas de agarre lo dejaron fuera de cualquier posibilidad de luchar por un buen resultado, en lo que debería haber sido un gran premio importante para el equipo, al ser la carrera de casa para Yamaha.
