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Si las presiones ya jugaron un papel casi decisivo en las últimas carreras de la pasada campaña de MotoGP, la temporada 2024 se presenta todavía más desafiante a la hora de controlar el umbral mínimo al que pueden llegar los Michelin de la clase reina. Y es que desde ya, a partir del Gran Premio de Qatar que dará comienzo este mismo viernes, cualquier piloto que infrinja los límites de presiones marcados por Michelin será directamente descalificado de la sesión o carrera en la que esté participando, un detalle que puede marcar el devenir de una temporada que ya se presente desafiante de por sí.
Tras la puesta en marcha de la nueva normativa de presiones a lo largo de 2023 -con una tabla de sanciones progresiva en la que simplemente se añadía un tiempo de penalización al término de la carrera-, MotoGP vigilará muy de cerca las presiones de los Michelin a partir de esta nueva campaña, y la consecuencia por no respetar la normativa será drástica y tajante. El año pasado, por ejemplo, Fabio Di Giannantonio perdió su podio en Valencia por este motivo tras recibir tres segundos de penalización que le apearon del cajón de honor.
Por este motivo, y ante las quejas continuadas de toda la parrilla de MotoGP, Michelin ha reculado ligeramente y ha reducido de 1,88 a 1,80 los bares de presión a los que puede llegar su neumático delantero. El margen no es excesivo, pero al menos dará cierto alivio a los pilotos y especialmente a los técnicos de neumáticos de cada equipo, obligados a calcular hasta el último bar de presión en función de si el piloto rueda en solitario o en grupo, circunstancia esta última que dispara la presión del neumático, poniendo en compromiso su agarre.
Este ligero descenso en el umbral mínimo de presiones difícilmente contentará a los pilotos de MotoGP, que solicitaban fijar el límite en 1,7 bares de presión, una cifra que Michelin considera inaceptable y que, según la firma gala, pondría en riesgo la integridad del neumático. El suministrador único de neumáticos ya está trabajando en carcasas que sean capaces de soportar presiones muy bajas, pero este neumático no entrará en funcionamiento, como pronto, hasta 2025.
Eso sí, como contrapartida, Michelin exigirá a los pilotos de MotoGP que cumplan con este umbral mínimo de presiones durante al menos el 60% de las vueltas (antes era el 50%), permitiendo que rueden con presiones fuera de rango durante un máximo del 40% de la carrera dominical o sesión de entrenamientos. En el caso de la Sprint Race, habrá que completar como mínimo el 30% de las vueltas dentro del umbral legal de presiones.
En lo que respecta al neumático trasero, la firma francesa mantendrá el mismo límite del año pasado, 1,68 bares. En el caso del neumático posterior, los pilotos tienen menos problemas a la hora de mantenerlo dentro del rango de presiones óptimo, y hasta la fecha, ninguna de las sanciones impuestas en 2023 afectó a la goma trasera.
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Antes de anunciar oficialmente el nuevo límite de presiones, Piero Taramasso, máximo responsable de Michelin en el Mundial de MotoGP, ya adelantó la noticia durante el test oficial de Losail: "Este invierno volvimos a analizar todos los datos del año pasado y rehicimos todas las pruebas de severidad con simulaciones circuito por circuito. Después de este proceso decidimos reducir el valor de presión de 1,88 a 1,80 bar. Esto nos dará un poco más de margen, para los técnicos y pilotos, que podrán mantenerse entre 1,8 y 2,1, teniendo un buen rango para tener las presiones delanteras bajo control", señaló entonces el italiano.