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Franco Morbidelli tiene más ganas que nadie de meterle mano a su Ducati GP24 lo antes posible. El piloto romano no ha podido subirse a su nueva máquina en lo que va de año como consecuencia del fuerte accidente que sufrió en el Circuito de Portimao a finales del mes de enero, mientras entrenaba con su Ducati Panigale V4 S junto al resto de pilotos de la VR46 Academy, y desde entonces ha tenido que ver los toros desde la barrera.
El terrible golpe que Franco se llevó en la cabeza -y que le dejó inconsciente durante varios segundos- no le permitió viajar hasta Malasia para participar en el primer IRTA de la temporada, y aunque dos semanas después el italiano se desplazó hasta Qatar con motivo del último ensayo oficial, lo hizo a modo de espectador al no tener todavía el OK de los médicos para subirse a una motocicleta.
Morbidelli fue uno de los grandes protagonistas de la presentación que el Prima PRAMAC Racing llevó a cabo este pasado miércoles en la recta principal del Circuito Internacional de Baréin, un evento en el que la escudería italiana presentó los llamativos colores que lucirán este año las motos de Jorge Martín y de Morbidelli.
Allí, el italiano habló del estado de su lesión, aclarando que un golpe de este tipo "te obliga a respetar los tiempos, pero está todo bien". El dorsal #21 sigue esperando "el OK de los médicos para poder decir que ya estoy del todo recuperado, estos días no he entrenado como de costumbre, podría haberlo hecho, he seguido las indicaciones de los médicos. Pero físicamente estoy bien".
MotoGP arrancará sus motores dentro de poco más de una semana, en Losail, una cita en la que Franco Morbidelli confía en llegar a tiempo: "Casi seguro que podré correr. Los médicos dicen que una lesión así necesita al menos un mes de reposo, ahora veremos si me he recuperado como debería".
El italiano se subirá a la Ducati GP24 con solo una jornada de test a sus espaldas, la que completó en Valencia en el mes de noviembre con la moto del año pasado; sin pretemporada, Morbidelli tendrá que exprimir todas las sesiones para entender el comportamiento de su nueva máquina y, al mismo tiempo, encontrar un setting que le permita ser medianamente competitivo en pistas como Losail, Portimao o Austin, las más próximas en el calendario.
'Frankye' no oculta que "será un gran salto" el subirse a la Ducati sin haber acumulado kilómetros, pero matiza que "no será hacia la oscuridad" porque, argumenta, "sé donde estoy aterrizando, en la mejor moto, no es ningún secreto. Desde luego, es la mejor situación cuando llegas de nuevas. Por supuesto que encontraré problemas, pero lucharé contra ellos. Estoy listo para empezar a trabajar, sin expectativas sobre cuándo podré ser lo suficientemente rápido para mantenerme en las posiciones que quiero".
Si Morbidelli quiere acelerar su adaptación a la Desmosedici, el italiano no tendrá más remedio que copiar a otros pilotos ducatistas para entender qué necesita esta moto para ser rápido. Tanto en Malasia como en Qatar tuvo ocasión de analizar la telemetría de algunos de sus compañeros de fábrica, y tras revisar todos los datos, Morbidelli parece tener claro que "el estilo para ir rápido con la Ducati en este momento es uno, el que usan Pecco y Jorge. Mi estilo, el que me llevó a ganar carreras en el pasado, es distinto, pero puede ser bueno. Creo que de todos los pilotos Ducati, Di Giannantonio es el que tiene un estilo más fluido y con más velocidad en el centro de la curva".
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Por último, a Morbidelli le han preguntado por su futuro más allá de este año; el romano solo tiene contrato hasta diciembre, y ahora que se ha filtrado el fichaje de Fermín Aldeguer por Ducati para quedarse con una de las motos del PRAMAC en 2025, 'Frankye' es consciente de que el juego de las sillas ya ha empezado: "No sé qué pasará. El mercado se animará mucho, eso seguro, hay muchos pilotos cuyos contratos finalizan este año y vienen pisando fuerte. Ya veremos qué pasa, a día de hoy no puedo decir nada", sentenció el #21.
