 Redacción @todocircuitoweb |
2024 será decisivo de cara a la permanencia o la salida de Fabio Quartararo de la familia Yamaha. El piloto francés está completando su peor campaña desde que llegó a MotoGP en 2019 con el equipo Petronas, lejos del grupo de los mejores y con sólo dos podios anotados en 14 fines de semana de competición, dos terceros puestos que saben a muy poco dentro del box del Monster Energy Yamaha Team.
Con la temporada entrando en su recta final y clasificado en una discreta 10ª posición en la general del campeonato, 'El Diablo' no esconde que la de 2023 está siendo "una campaña mentalmente difícil, muy dura, sobre todo cuando llevas tres años peleando por el título, logrando victorias y podios en cada carrera", lamenta el francés en una charla concedida a Motogp.com.
A Fabio ya se le han acabado las ideas para poder hacer de la M1 una moto medianamente competitiva, y después de salvar el 2022 gracias a su talento -fue subcampeón-, el de Niza reconoce que sus habilidades ya no son suficientes para tapar las carencias de la moto de este año: "A veces un piloto puede cubrir un poco los problemas, pero llega un momento en que los problemas son tan grandes que no puedes hacer nada", comenta al respecto.
Quartararo critica abiertamente a su fábrica por su falta de ambición a la hora de mejorar una moto que, en 2021, fue campeona del mundo: "Tenemos una moto prácticamente igual a la de hace tres años. No ha habido grandes cambios ni mejoras. Para el año que viene y el futuro está en manos de Yamaha hacer una moto mejor y ver cómo va".
Esa moto del año que viene ya está rodando; en Misano, Quartararo pudo probar un anticipo de lo que será la M1 2024, una toma de contacto que defraudó enormemente al galo: "El de Misano no fue un test positivo para nosotros. Yo soy el que está sobre la moto y digo mis sensaciones. Tuvimos una reunión de una hora, había como 20 personas allí, y les dije a todos ellos que no estaba contento y que debíamos mejorar".
Fabio afirma "haberle pedido muchas cosas" a Yamaha de cara al próximo año, y reconoce que "estaría contento con que me dieran la mitad; si me dan la mitad el año que viene, y la otra mitad en 2025, yo estaría feliz con eso", asegura el piloto de 24 años, consciente de que el resto de marcas también mejorarán sus motos el próximo curso: "Hay que pensar que las demás fábricas también darán un paso adelante el año que viene. Si no nos arriesgamos, será incluso peor que este año".
Quartararo anima a los ingenieros de Iwata a "ir al límite de todo, del reglamento, del potencial de la moto" para estrechar distancias con los mejores, convencido de que la mentalidad europea es, a día de hoy, más efectiva que la rigidez habitual de los japoneses: "No hay que ir tan a lo seguro. Creo que nuestro proyecto puede ser ganador si tenemos una mentalidad más fuerte. No nos queda demasiado tiempo para hacer una revolución", opina el dorsal #20.
Leer también: La rueda de prensa en solitario de Marc Márquez en Indonesia, cancelada
A Yamaha se le acaba el tiempo, no sólo para hacer una moto sustancialmente más rápida; 2024 será el último año de contrato de Fabio con los de Iwata, y si las cosas no mejoran sustancialmente, el galo no tendrá reparos a la hora de buscar otro prototipo más competitivo al que subirse: "Mi futuro no está en mis manos, está en manos de Yamaha. Por supuesto que preferiría seguir con Yamaha, pero si no hacen lo que yo quiero y me dan una moto competitiva, tendré que considerar marcharme en 2025", sentencia el francés.
