 Redacción @todocircuitoweb |
Marc Márquez ya se ha acostumbrado a vivir los éxitos de Álex desde la distancia. El #93 no pudo celebrar ninguno de los dos podios que logró el #73 en su primer año en MotoGP, cuando subió al cajón de honor en Le Mans y y Aragón 2020 mientras el ocho veces campeón del mundo se recuperaba en casa de la fractura de húmero que había sufrido en Jerez sólo unas semanas antes.
En 2021 y 2022, ya enrolado en las filas del LCR Team, el Álex Márquez que vimos en su año de debut se esfumó; el de Cervera pasó dos temporadas realmente difíciles en el seno del equipo satélite de Honda, un box donde nunca la faltó el apoyo de los técnicos de Lucio Cecchinello y en el que sí echo en falta una mayor atención por parte de HRC, condenándole a no recibir actualizaciones a lo largo del año.
Ahora, en Ducati, el menor de los Márquez está recuperando la ilusión por competir; pese a estar de nuevo en una estructura satélite, el catalán siente más que nunca el apoyo de la fábrica italiana, y así lo ha manifestado en repetidas ocasiones desde que compite para el equipo Gresini, haciendo especial énfasis en el contacto constante que Gigi Dall'Igna mantiene con él al término de cada sesión, algo que jamás se dio en Honda.
La combinación de llevar una moto ganadora -la GP22 con la que Pecco Bagnaia ganó el título el año pasado- y el sentirse arropado por Ducati han hecho que el bicampeón del mundo se haya adaptado al prototipo boloñés de forma meteórica; Álex sólo tuvo que esperar a la segunda ronda de la temporada, en Argentina, para deslumbrar a sus fans con una luchada pole que sirvió de preludio para lo que vendría sólo unas horas después: su primer podio en MotoGP con Ducati.
El de Cervera no se dejó amilanar por la Ducati roja de Pecco Bagnaia, plantándole batalla de principio a fin hasta que el dorsal #1 acabó dando con sus huesos en el suelo; el español también se las tuvo que ver con un rapidísimo Johann Zarco que ajustició a Márquez en la última vuelta de la carrera, una pequeña derrota que no empaña el gran fin de semana completado por el piloto de Gresini, que celebró con júbilo su tercera posición frente a la hinchada argentina.
Lejos, a miles de kilómetros, otro Márquez también botaba y chillaba como un loco; era Marc, que después de casi una semana totalmente desconectado de las redes sociales -evitando el 'hate' generado por su maniobra con Miguel Oliveira en Portimao-, usaba sus perfiles de Instagram y Twitter para felicitar a su hermano y compartir con sus seguidores los nervios que pasó en la última vuelta del Gran Premio de Argentina, carrera que estuvo viendo desde su casa, en Madrid, en compañía de su gente más cercana.
"Ayer me tocó seguir la carrera desde casa, pero feliz de haber celebrado el podio de mi hermano Álex Márquez", escribió Marc en sus redes sociales junto a una imagen del piloto de Gresini en plena videollamada desde Termas de Río Hondo. El #93 también compartió un vídeo grabado en su salón donde se puede apreciar toda la tensión de esa última vuelta de Álex contra Zarco:
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En el plano deportivo, Marc Márquez se está recuperando de la operación a la que tuvo que someterse hace ahora siete días tras romperse el dedo gordo de la mano derecha en Portugal. El #93 regresará previsiblemente en la próxima cita del campeonato, en Austin (15 y 16 de abril), mientras sigue a la espera de saber cómo se resuelve la apelación presentada por Honda contra la doble Long Lap Penalty que arrastra desde Portugal.
