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Con el estrambótico Gran Premio de Tailandia ya finalizado, hay titulares, muchos titulares. Gigi Dall’Igna terminó allí contento, con Ducati haciendo buenos resultados. Los pilotos de Borgo Panigale consiguieron dos podios bajo una estrategia muy conservadora que tuvo como adalid a Johann Zarco, que se mantuvo al margen para no entorpecer la lucha por el Mundial. ¿Órdenes de equipo? Todo indica que sí.
Aunque Ducati no ganó, sí subieron al podio y supuso un punto de inflexión en la general del Mundial, porque Fabio Quartararo se vio relegado a una 17ª posición. Así que Bagnaia acorta distancias y ya está a dos puntos de él en la general y Dall’Igna está más contento que nunca porque por fin ve la oportunidad definitiva de alzarse con la corona mundial, aunque solo le separan dos puntos.
El directivo italiano gozó del podio de Miller, quien "puso todo su corazón en él, así como su talento, aprovechó al máximo". También disfrutó del tercer puesto de Bagnaia más que nunca, quien, a su juicio, "de manera magistral, logró un desafío decisivo". Dice que Tailandia fue "una prueba psicológicamente delicada tras el error en Japón".
¿El resultado? "Una enorme satisfacción. Por supuesto, el resultado equivale a una verdadera victoria, y no se trata de los tópicos habituales. Ha sido una carrera realmente dura, complicada aún más por las condiciones que ejercen presión increíble sobre una carrera cuya importancia para el campeonato ya era una certeza. Un excelente trabajo combinado con un gran espíritu de equipo permitió a nuestros pilotos dar ese algo extra que marcó la diferencia".
Tampoco olvida a Bezzecchi y su "espléndida pole", y por supuesto, a uno de los protagonistas que más titulares ha dado este fin de semana, Johann Zarco. Así es su agradecimiento "especial" al francés: "Un agradecimiento para Johann por no intentar adelantar a Pecco en las etapas finales: un intento que habría sido arriesgado, dadas las condiciones de pista, renunciando así a un podio que fácilmente podría haber estado a su alcance".
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Bien aprovechada, dice, "es una oportunidad que no podíamos perder". Se carga la responsabilidad del "campeonato del mundo, porque depende de nosotros" y ya pone la mirilla en las "tres carreras siguientes" donde "el sueño continúa, ¡vamos Ducati!".