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La suerte no ha estado del lado de Raül Torras y del Toll Racing Team en la última edición de la North West 200, una road race que el piloto catalán encaraba con la ambición de participar en las cuatro categorías que forman esta mítica carrera urbana norirlandesa.
Torras contaba con su misil, la Honda CBR 1000 RR-R Fireblade, para las categorías de Superbike y Superstock, confiando en una Yamaha R6 para Supersport y en la nueva Aprilia RS660 en la clase SuperTwin, donde Raül nunca había competido antes.
Tras una productiva jornada de entrenamientos libres y clasificatorios, Torras completó con éxito la primera carrera del jueves, la Race 1 de Supersport, donde acabó 22º al manillar de la Yamaha R6 del equipo Optimark by Toll Racing, combatiendo el mal tiempo y la lluvia, arrojando una velocidad media de 151,5 km/h.
El sábado, ya con mejor climatología, Torras estaba listo para una jornada maratoniana repleta de carreras, algunas aplazadas desde el jueves por culpa del mal tiempo. Lamentablemente, el piloto españolo sólo pudo participar en una prueba: la Race 2 de Supersport, donde acabó en 23ª posición con una mejor vuelta en 5:00.588.
En las demás carreras del sábado, la mecánica traicionó a Torras y al Toll Racing Team, incapaces de colocarse en la parrilla de salida de Superbike, Superstock y Supertwin por problemas en la Honda y la Aprilia.
Ídol 🙌🏽🙌🏽🤩 @Torras49 @TOLLRacingTeam @0Carlesolle2 @TorrasAngel @Jontxuki pic.twitter.com/9lZfw40sVH
— Robert (@robertrgasss) May 12, 2022
En el caso de la CBR 1000 RR-R, la rotura de la cadena durante una tanda de entrenamiento acabó afectando a un sensor de la moto y fue imposible repararlo a tiempo a pesar de contar con la ayuda de los mecánicos del equipo oficial Honda Racing.
La Aprilia RS660, que llegaba prácticamente de serie a esta carrera con un carenado de circuito y poco más, también traicionó a Torras. Durante la vuelta de inspección previa a la primera carrera de Supertwin del sábado, la moto se paró a causa de un inesperado fallo eléctrico y no volvió a arrancar más, echando por tierra las esperanzas de Torras de entrenar con ella con vistas al TT.
"No ha sido una North West demasiado positiva, muchos problemas", lamentaba el piloto del Toll Racing antes de abandonar Irlanda del Norte. "La rotura de la cadena de la 1000 provocó desperfectos, luego hemos encontrado que había alguna cosa más, un sensor o un cable, que también ha quedado afectado. La moto no ha arrancado".
Nos despedimos de la #NW200 , chic@s os esperamos en el @ttracesofficial , con más fuerza y ganas que nunca .
— Toll Racing Team®️ (@TOLLRacingTeam) May 14, 2022
God Save The TOLL RACING TEAM 🏁🚀 pic.twitter.com/ZlW1HPF3rm
"Con la Supertwin no tuvimos nunca ningún problema, estaba totalmente de serie, pero luego saliendo la 'sighting lap' la moto se ha parado... no sabes qué pensar", decía Raül, que al menos sí pudo cruzar la línea de meta en las dos carreras de Supersport: "Con la Supersport hemos salido y ha funcionado bien, pero como siempre aquí en la North West te hace falta velocidad, y éramos los sextos más lentos. Con esto no se puede hacer nada".
Y es que, tal y como comentó el team manager del Toll Racing, Carlos Ollé, sobre el mismo pitlane de la NW200, un motor competitivo de Supersport cuesta 16.000 euros puesto a punto por un preparador de prestigio como Padgett's, "y dura lo que dura, y luego otros 16.000 euros".
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Ahora toca borrón y cuenta nueva, empaquetar todo rumbo a la Isla de Man y confiar en que la mecánica acompañe a Raül y al Toll Racing Team a partir del próximo 28 de mayo, fecha en la que arrancará el TT 2022 tras dos años sin carreras en el Mountain Course: "Esto ha sido un entreno, nos sirve para el TT, allí vamos a darlo todo, a dar lo mejor de nosotros", apostillaba Torras.