 Redacción @todocircuitoweb |
Javier Vega puede presumir de haber acabado los tres Rallye Dakar en los que ha participado, especialmente esta última edición de 2021 en la que el piloto del Pont Grup Yamaha no tuvo más remedio que recorrer los 30 kilómetros finales de la 12ª y última etapa con varias costillas rotas, un neumotórax y un hemotórax que le mandaron directamente a la UCI nada más cruzar la línea de meta final en Jeddah el pasado 15 de enero.
El piloto español -de nuevo inscrito en la categoría Original junto a su pareja Sara García- consiguió este año su mejor clasificación histórica en el Dakar, un 47º puesto que le permitió mejorar con creces la 74ª posición que alcanzó en su año de debut, cuando todavía se corría en Sudamérica.
Para ello, Vega tuvo que sudar sangre y realizar un esfuerzo sobrehumano como consecuencia de una caída que sufrió en los últimos kilómetros de la 12ª etapa, y no ha sido hasta hoy, tras volver a España en un avión medicalizado, cuando ha narrado toda la odisea que tuvo que pasar para poder completar su tercer Dakar.
En un post colgado en sus redes sociales, Javi Vega comienza así su historia: "Os voy a contar un cuento. Etapa 13 del Dakar 2021. La verdad que se me está haciendo dura. El pasado viernes 15 en la última etapa del rally a falta de 30 kms para el final de la especial, sufrí una caída en una doble duna donde se me escapó el pie de la estribera y pegando con el culo en el asiento salí por orejas cayendo en seco".
"En ese momento llegó Ashish Raorane -piloto indio- y estuvo conmigo 10 minutos hasta que recuperé medio el aire, me llamaron a la baliza de la moto, dije que estaba reparando. Me la levantó pero solo fui capaz de llegar hasta la siguiente duna, donde se me quedó empanzada, pensaba que ese era mi fin", narra el español. "Se me acercaron niños árabes descalzos y les pedí ayuda pero solo me daban agua. Finalmente llego otro piloto que le dije que me había caído y me dio una pastilla para el dolor que no me dejaba respirar, y me saco la moto de la cresta. Me subí en ella y volví a descansar 10 minutos. A todo esto llegó un médico de la organización diciendo que unos niños le habían dicho que estaba mal".
"Después de una buena charla me quería montar en el helicóptero para abandonar, le supliqué que me dejara continuar y finalmente me dijo que bajo mi responsabilidad, que si en 10 metros seguía igual no me daba otra oportunidad... Pasé el roadbook y vi que solo quedaban 1,5 kms de dunas y luego 28,5 kms a meta. Saqué fuerzas y solo estaba concentrado en mi muñeca y escuchar el motor".
En ese momento, Vega se encontró con el portugués Alexandre Azinhais y el español Fernando Domínguez, y ambos no dudaron en acompañarle el resto de la etapa hasta llegar a la línea de meta: "Logré salir de las dunas pero cuando alzo la mirada me doy cuenta de que empieza un camino de piedras como melones y arena profunda. Aquí llegaron mis rescatadores Alexandre y Fernando, donde Alex sacó dos pastillas más de un botiquín y me las tomé. Empezó la odisea, gracias a ellos me levantaron la moto 3-4 veces, la veía en el suelo y no podía ni agacharme yo mismo. Alex me dijo las palabras mágicas, 'Hasta aquí has llegado tú decides, o llamamos al helicóptero o te subes ahora mismo y no dejas que se enfríe".
Vega ya había conseguido la parte más difícil, terminar la especial, pero todavía estaba obligado a finalizar los 140 kilómetros de la etapa por carretera si quería clasificarse en la tabla final del Dakar: "Llegué al final de la especial, los 30 kms. más duros de mi vida, no tenía ganas de llorar, no sentía dolor, estaba en shock, sabía que si quería acabar el rally me quedaban 140 kms. de carretera. Después de otro reconocimiento médico en ese punto y otra pelea para que me dejaran seguir, pero así lo hicimos, ahora sí bien escoltados por Sara García, Alexandre Azinhais y Fernando Domínguez".
Ya en Jeddah, Javier fue trasladado de inmediato a un hospital, donde los médicos no se podían creer que hubiera sido capaz de recorrer más de 170 kilómetros en moto en ese estado: "Después de todo el sufrimiento sólo paré a descansar a medio camino y de pie para evitar vibraciones llegamos a la meta. Diagnóstico: 4 costillas rotas (6,7,8,9), neumotórax derecho y hemotórax con 400 ml de sangre", concluye el español, que ya está de regreso en nuestro país con su tercer Dakar bajo el brazo.
Leer también: (Vídeo) Así vive un piloto de motos en primera persona una etapa del Dakar
