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Jorge Lorenzo protagonizó este pasado miércoles un esperado regresado a los mandos de la Yamaha YZR-M1 en Portimao, la moto con la que el piloto balear conquistó tres títulos mundiales de MotoGP, el primero de ellos el 10 de octubre del año 2010, es decir, hace ahora una década y dos días.
El regreso del piloto de 33 años a su actividad como probador oficial de Yamaha fue un poco más complicado de lo esperado después llevar nueve meses sin subirse a una moto. El #99 estuvo lejos de los tiempos marcados por el resto de test-riders de MotoGP, cerrando la jornada del jueves con sólo 34 vueltas completadas -Dani Pedrosa giró en 64 ocasiones- a 2.7 segundos de la Ducati de Michele Pirro, el más rápido del segundo día.
Tras el test, Lorenzo admitió que tenía "muchas ganas" de volver a pilotar la Yamaha "porque nunca había estado tanto tiempo sin pilotar, han sido nueve meses sin llevar una moto". El español no ocultó que su vuelta al trabajo fue un poco más difícil de lo esperado por su larga inactividad sobre una motocicleta: "Sinceramente no me esperaba tener tantas dificultades para adaptarme otra vez a las altas velocidades y a estas sensaciones tan extremadamente rápidas", valoró Lorenzo, que acabó contento por el trabajo realizado a nivel de settings en la caja de cambios y de elección de compuestos con el objetivo de facilitarle el trabajo a los pilotos oficiales de Yamaha de cara al próximo Gran Premio de Portugal.
En Le Mans, los compañeros de marca de Jorge Lorenzo también dieron su punto de vista sobre el trabajo realizado por el balear en Portimao. Maverick Viñales dijo el pasado jueves que Lorenzo "nos puede dar la información básica, como por ejemplo el cambio de marchas y el setting para las curvas", aunque recordó que "fue con la moto del año pasado" y eso condiciona el feedback que ellos pueden aprovechar. "Después, cuando vaya en pista, será distinto, porque los tiempos serán más rápidos, pero más o menos ya tenemos una idea del cambio de marchas", comentó el de Roses, destacando además que "en cuanto a electrónica, puesta a punto y freno motor, no podemos usar nada" por haber empleado la moto del año pasado.
Fabio Quartararo, por su parte, volvió a pedirle a Yamaha la necesidad de ver a Lorenzo con más frecuencia sobre la YZR-M1 para aportar todos esos conocimientos que llevaron a ganar tres mundiales con la MotoGP de Iwata: "Creo que necesitamos hacer más test durante la temporada, porque Jorge sólo hizo pruebas en Sepang y Portimao, para mí es necesario mejorar eso. Es importante tener los mejores detalles posibles, pero sinceramente no sé por qué ha estado haciendo el test con la moto de 2019 y no con la 2020. La pregunta no es para mí, es mejor hacérsela a Yamaha", replicó el francés en Le Mans cuando le preguntaron su opinión sobre el desarrollo del test de Lorenzo Portugal.
Valentino Rossi, el piloto que mejor conocer a Jorge Lorenzo de entre sus compañeros, ve al balear como "una gran oportunidad" para que Yamaha muestre progresos en el desarrollo de la YZR-M1, pero también cree que Jorge necesita entrenar con motos de forma regular para no perder la velocidad necesaria que exige el pilotaje de un prototipo de 260 cv de potencia como la YZR-M1.
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"En Malasia, en febrero, hizo un buen trabajo y fue rápido, estuvo cerca de nuestros tiempos", valoró el #46 en Francia. "Pero luego nunca volvió a subirse a la moto hasta Portimao. Es una gran oportunidad para Yamaha el tener a Jorge, pero si quiere seguir siendo un probador tendrá que entrenar también con motos. Si estás nueve meses sin pilotar, es imposible llevar una MotoGP al límite", apostilló el piloto de Tavullia.