
La dirección de Yamaha y su comité de empresa han alcanzado un acuerdo este pasado viernes para la venta de la planta de Palau-solità i Plegamans (Barcelona) y sus activos al Grupo Sesé, según han informado la compañía y CC.OO., el único sindicato con representación en la empresa.
La plantilla ha ratificado por unanimidad en una asamblea el acuerdo alcanzado entre el comité de empresa y las direcciones de ambas compañías este jueves por la noche, en el que también ha intervenido la Generalitat como mediadora.
Según el sindicato, el grupo logístico se ha comprometido a asumir la totalidad de la plantilla actual de Yamaha, salvo en los casos de aquellas personas que voluntariamente causen baja, y "garantiza que no presentará ningún expediente de regulación de empleo (ERE) en los dos próximos años".
Yamaha ha concretado que el nuevo proyecto a cargo del grupo aragonés Sesé, especializado en la logística y los servicios industriales para la automoción, empezará el 1 de abril. Las dos empresas alcanzaron un acuerdo para la transmisión de los activos industriales de Palau-solità en noviembre, una operación asesorada por la consultora Alta Partners que estaba condicionada a la aceptación por parte de la plantilla, que ha mantenido su rechazo hasta este viernes.
CC.OO. ha hecho una valoración "muy positiva" del acuerdo, ya que contempla una indemnización para los empleados antes de hacer efectivo el traspaso, un compromiso que había adoptado la empresa con el comité en septiembre y que posteriormente retiró.
Para los empleados que pasen a trabajar con Sesé, el acuerdo establece una indemnización de 55 días netos por año, con un máximo de 42 mensualidades y una cuantía máxima neta de 80.000 euros, más una suma lineal de 4.000 euros. Para los trabajadores que opten por una baja voluntaria, se garantiza una indemnización de 80 días netos por año, con un máximo de 42 mensualidades y una cuantía máxima neta de 90.000 euros, más una suma lineal de 8.000 euros.
La incertidumbre sobre el futuro de la planta de Yamaha en Palau-solità empezó en enero de 2011, cuando la compañía anunció su intención de cerrar y trasladar la producción a su planta en Saint-Quentin (Francia). Las negociaciones para vender la planta se iniciaron después de que en marzo la multinacional retirara el expediente de regulación de empleo (ERE) que planteaba despedir a los cerca de 400 trabajadores de la compañía en Catalunya, aunque mantuvo su intención de deslocalizar la producción.
La reconversión industrial de la fábrica de Yamaha sigue la estela de otras llevadas a cabo el año pasado por otras empresas japonesas en Catalunya, como Sony, adquirida hace un año por Ficosa, y Sharp, que ha pasado a manos de Cirsa.
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