Foto: Motogp.com
 Redacción @todocircuitoweb |
Lo tenía todo para conquistar hoy su primera victoria en MotoGP delante de 10.000 compatriotas repartidos por las tribunas del Circuito de Misano, pero Pecco Bagnaia se quedó con la miel en los labios. Una caída en la vuelta 21, cuado lideraba la prueba con 1.1 segundos de margen sobre Maverick Viñales, acabó con las aspiraciones del piloto del PRAMAC Ducati.
Más allá del jarro de agua fría que supone perder así una victoria, Bagnaia no descansará hasta entender qué ocurrió para perder el tren delantero de su Desmosedici en la curva seis, un giro que tomó con la velocidad y la inclinación habituales, sin forzar, por eso no descarta la presencia de algún elemento en la pista que facilitara la pérdida de contacto con el asfalto de su neumático.
El piloto italiano ofreció una rueda de prensa virtual a través de Zoom tras la carrera, donde comentó todas sus impresiones.
La suerte no está de su lado: "Parece que este año voy de la mano de la mala suerte. Y me molesta sobre todo porque la Ducati da miedo. En Jerez se me rompió el motor cuando estaba a punto de hacer mi primer podio, en Brno me lesioné por un error estúpido y me perdí tres carreras en las que podría haber hecho buenos resultados, y hoy me caí".
Llegó con los neumáticos bien al final de la carrera: "Lo que más me molesta es haberme caído cuando controlaba la carrera, su me hubiera ido al suelo por ir al límite lo habría aceptado. La Ducati tiene un gran motor y es muy buena frenando, esto me permitió no estresar demasiado los neumáticos, sólo tenía que gestionar la primera fase acelerando".
Quizás pasó por encima de un tear-off (lámina de plástico de los cascos): "Fue una caída inexplicable, quiero estudiar la telemetría con detenimiento. Creo que pasé por encima de lago que provocó el deslizamiento, quizás fuese asfalto sucio o un tear-off de otro piloto. Lo normal es que la parte delantera te avise antes de irse, pero esta vez fue en seco, sin ningún tipo de advertencia. No estoy decepcionado por caerme así, estoy cabreado".
Asegura que Viñales no le habría cogido: "Viñales no me presionaba, cuando vi que se acercaba yo me alejé otra vez, siempre con seguridad, no estaba al límite. En Moto2 estaba acostumbrado a gestionar situaciones así, Viñales difícilmente me habría cogido. Lo que más me preocupa es caerme sin ninguna explicación".
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A pesar del golpe moral, se encuentra bien físicamente y con ganas de más: "He aprendido a llevarme una escoba en la vuelta de reconocimiento y limpiar bien la pista (risas). Bromas a parte, no me sentía tan bien desde que gané el título de Moto2, de hecho incluso me siento mejor. Dominar un fin de semana en MotoGP es maravilloso, es una pena haber hecho tanto y a la vez no haber conseguido nada".
