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Estamos en 2020 y Valentino Rossi sigue sin dejar atrás el pequeño problema judicial que arrastra con dos antiguos ex-empleados desde el año 2016. Los hechos se remontan a la víspera de Navidad de aquel año, cuando el matrimonio moldavo formado por Victor Untu y Jigan Zinaida, de 62 y 60 años, fueron despedidos como guardeses de una casa que Graziano Rossi y su hijo Valentino tienen en Tavullia.
La finca de 20.000 metros cuadrados, que cuenta en su interior con una vivienda de nueve dormitorios, una piscina y un amplio garaje para varios coches y motos, era por aquel entonces propiedad de la empresa Domus Mea, cuyo representante legal y único propietario era Graziano Rossi.
El padre de Valentino le había comprado previamente la finca en el año 2009 a otra empresa británica, aceptando mantener al matrimonio moldavo como guardeses de la finca.
Todo iba bien hasta que en el año 2016 Graziano decide disolver la empresa y vender la vivienda. Mientras buscan un comprador, la casa pasa legalmente a manos del propio Valentino Rossi, que decide dar por finalizado el contrato de Victor Untu y Jigan Zinaida al entender que la vivienda permanecerá cerrada hasta que se venda.
A continuación, el matrimonio moldavo le reclamó Rossi una suma de 114.000 euros en concepto de horas extra no pagadas (89.000 euros) más otros 25.000 euros como indemnización por despido. Los cálculos se habían realizado en base al sueldo que ambos tenían cuando trabajaban para Domus Mea: 2.600 euros para el hombre y 1.600 euros para la mujer.
Dado que en 2011 la pareja ya recibió 10.000 euros como compensación por las horas extra no pagadas desde 2006, la demanda judicial se centraba únicamente en el periodo de 2012 hasta diciembre de 2016.
Los abogados de Valentino Rossi demostraron en mayo de 2019 que todos esos trabajos extra que reclamaban los guardeses los habían realizado diversas empresas externas, presentando varias facturas por los servicios realizados, echando por tierra los argumentos de la parte demandante, obligada entonces a abonar 16.000 euros para pagar los costos legales de todo el proceso.
Sin embargo, según publica hoy el diario Il Resto Del Carlino, la defensa de Victor Untu y Jigan Zinaida presentó un recurso de apelación en segundo grado que ha sido admitido por un juez, aceptando que el despito del matrimonio fue ilegítimo ya que la disolución de la empresa Domus y el posterior cambio de titular de la vivienda a nombre de Valentino Rossi no puede servir de argumento para finalizar el contrato de trabajo de los guardeses sin una indemnización al tratarse de una transmisión patrimonial de padre a hijo.
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Por este motivo, Valentino tendrá que pagar un total de 34.000 euros, de los cuales 24.000 son para la pareja a modo de indemnización por despido, y otros 10.000 euros para abonar los gastos de su defensa.
Ahora la pelota está en el tejado de los abogados de Valentino Rossi, que pueden recurrir ante el Tribunal de Casación o bien asumir la sentencia y poner punto y final a esta larga y amarga disputa legal.