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Lleva menos de un año sin ser un piloto en activo, pero toda su vida ha estado ligada al mundo de la competición. Dani Pedrosa sigue siendo un mito en la historia del motociclismo español y una referencia para algunos nuevos talentos de categorías de promoción.
En la miniserie de DAZN “La cena de los campeones”, Pedrosa hace un viaje a la etapa de la niñez. El español rememora que empezó “a mirar las carreras en el 1990, tenía cinco años”. El español ha destacado que su hobby de pequeño era mirar “dos cintas VHS que venían en una caja, era el resumen del mundial de 500cc, 125cc y 250cc, y yo todo el día miraba esas dos cintas. Me acuerdo que mi padre ponía por las mañanas 500cc y ahí fue cuando yo empecé a mirarlo. Mi padre hacía motocross como hobby. Yo desde pequeño ya os imitaba”.
En sus inicios debutó de la mano del equipo de Sito Pons y pudo compartir algunos momentos con Antonio Cobas, uno de los ingenieros españoles más importante del motociclismo español, del cual guarda buenos recuerdos: “Me acuerdo que en 125cc cuando corría con vosotros (equipo de Sito Pons), Cobas siempre estaba ahí en el box e iba a que me contara cuatro secretos de la telemetría”.
Antes de dar el salto al Mundial, pasó por la Copa Movistar. Por aquel entonces, empresas importantes vieron una buena oportunidad en el mundo de las dos ruedas y crearon una campeonato de promoción conocido como Copa Movistar que permitió que pilotos de la actual parrilla del campeonato del Mundo pudiesen formarse: “De la Copa Movistar salimos muchos. Era el cambio para pilotos que no teníamos posibilidades, fue el trampolín. Me acuerdo en el Jarama, a las seis de la mañana, muchos pilotos y todos nerviosos durante cuatro o cinco días”.
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El dorsal de Pedrosa siempre será recordado. Sin embargo, como en todos los pilotos, ese número con el que se reconoce al piloto tiene una historia detrás y la suya está vinculada a sus inicios: “Cuando entré en el mundial en el equipo estábamos Toni Elías, Joan Olive y yo. Los tiempos tenías que mirarlos por el orden del número, cuando mirabas en los entrenamientos como habías terminado, estaba ordenado por el número del piloto. Me parece que Alberto (Puig) lo que hizo fue a Toni le pongo el 24, a Joan el 25 y a Dani el 26 que así los tengo aquí, después vino Stoner y le puso el 27, después todos nos quedamos el número”.
Por último ha querido agradecer a su padre el hecho de que no le permitiera en su juventud tener una scooter: “Recuerdo que cuando tenía 14 o 15 años quería un scooter para ir y volver porque todos mis compañeros lo tenían y mi padre decía que no. Empecé a correr en el Mundial, empecé a ganar carreras, hasta los 21 no me dejó. Hoy es algo que agradezco”, concluía Pedrosa.