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 Redacción @todocircuitoweb |
Valentino Rossi fue la mejor Yamaha en Le Mans. El piloto italiano logró arañar un quinto puesto en una carrera en la que no tuvo el ritmo necesario para disputarle a Marc Márquez y a las Ducati oficiales una posición en el podio, rodando las últimas vueltas en compañía del australiano Jack Miller, que finalmente le ganó la cuarta posición al de Yamaha por sólo una décima de diferencia.
Tras cruzar la línea de meta del trazado francés, Rossi reconoció que ahora mismo "Marc es el gran problema de todos" en referencia a la cómoda victoria que logró el español, la tercera en cinco carreras. "Seamos realistas, sin la caída de Austria ya habría ganado cuatro carreras de cinco, y la única que perdió fue en la última curva. Es difícil para todos, Márquez es el que va fuerte y lo hace en cada pista y en todas las condiciones", lamenta el de Yamaha.
A pesar no haber subido al podio de Le Mans, el piloto de Tavullia valoró de forma positiva la pelea que mantuvo con las Ducati oficiales durante la primera parte de la carrera, síntoma de que la Yamaha estaba sólo un pequeño paso por detrás respecto a la RC213V y la GP19 en este trazado: "Mis palabras son realistas, pero esto no quiere decir que me vaya a rendir. Hoy estuve cerca de las Ducati, así que ha ido mejor si quitamos a Márquez. Ahora tengo que vivir al día y pensar circuito a circuito".
"¿Has visto la lista de velocidades máximas?", preguntó Rossi. "En este gran premio he sido el último, y cuando la cosa va mejor estoy dos o tres posiciones más arriba", comenta el italiano, que fue la Yamaha más lenta en carrera con 300,1 km/h de velocidad máxima, sólo por encima de Mir, Abraham y Rabat. "La M1 sufre en línea recta desde 2004, pero ahora la diferencia es demasiado grande, porque incluso los rivales han mejorado. Y por si eso no fuera suficiente, por algún motivo también soy el más lento de todos los pilotos Yamaha".
Rossi tiene claro dónde está el punto débil de la Yamaha 2019: en su motor, un elemento congelado hasta final de temporada que, en su opinión, necesita más caballería: "Hablamos mucho sobre los alerones, pero al final sólo es una pequeña parte de lo que necesitamos. Es una lucha complicada, y es una lástima porque la M1 es una moto con buena maniobrabilidad y también hemos mejorado en la gestión de los neumáticos y la frenada, pero falta potencia y no podemos hacer nada al respecto".
Sin embargo, el piloto de 40 años valora positivamente el trabajo que Yamaha está realizando ahora mismo en Iwata de cara a la próxima temporada: "Lo positivo es que, por fin, en Yamaha ya estamos hablando del próximo año. Hay un proyecto que se había perdido y creo que esta es la razón por la que hemos tenido tantos problemas técnicos estos últimos años. En Japón ya están trabajando en las motos y los motores de 2020 y quizás veamos la nueva M1 en el test de Brno. Además le dije claramente a los ingenieros: cuando ganábamos carreras y títulos, la moto nueva llegaba en agosto, mientras que en los últimos años no sabíamos dónde estaba".
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En cualquier caso, aunque Rossi parece estar pensando ya en 2020, asegura que la M1 de este año es capaz de pelear por posiciones de podio en función de la configuración del circuito: "Esto no quiere decir que no seamos capaces de luchar por el podio, tenemos nuestras fortalezas, depende mucho del circuito", y también valora el estado de forma del piloto del Petronas Yamaha, Fabio Quartararo, octavo en Le Mans después de remontar desde la 17ª posición: "Esperaba que Fabio fuera rápido, pero no tanto, creo que está siendo la sopresa del campeonato. Aquí en Le Mans y Jerez fue muy rápido. Es algo positivo porque puedo estudiarlo para entender mejor cómo mejorar más".
