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Suzuki vuelve a perder sus concesiones en MotoGP. El tercer puesto que Andrea Iannone alcanzó en Aragón este pasado domingo supone el fin de los privilegios de los que venía gozando la fábrica de Hamamatsu esta temporada, unas ventajas que compartía con Aprilia y KTM, las dos únicas fábricas que, salvo milagro en estas próximas cinco carreras (tendrían que sumar varios podios), seguirán contando con concesiones en 2019.
El sistema actual de concesiones de MotoGP permite que una fábrica nueva o bien una marca que no haya logrado ninguna victoria en seco a lo largo de toda la temporada se beneficie de las siguientes ventajas:
- Libertad de desarrollo del motor a lo largo de la temporada.
- Nueve motores por piloto (frente a los siete del resto de fábricas).
- Seis wildcards a lo largo del año (en lugar de tres).
- Libertad para realizar test en cualquier circuito y en todo momento, ya sea con pilotos oficiales o test-riders (respetando la cuota máxima de neumáticos por test).
Los equipos que gozan de estas ventajas las pueden mantener de cara al próximo año siempre y cuando no sumen seis o más puntos de concesión a lo largo de la temporada. Estos puntos se reparten del siguiente modo: tres por una victoria, dos por un segundo puesto y tres puntos por un tercero.
Hasta la celebración del GP de Aragón, Suzuki había sumado cinco puntos de concesión este año gracias los podios de Alex Rins (3º en Argentina y 2º en Assen) y los otros dos podios que Iannone logró en Austin (3º) y Jerez (3º). Con el podio de Aragón, Suzuki ya acumula seis puntos este año, cifra que automáticamente les dejará sin concesiones en 2019 (la única concesión que pierden con carácter inmediato es la libertad de días de test).
No es la primera vez que la fábrica japonesa corre en MotoGP sin ventajas desde la implantación de este sistema. En 2017, la primera temporada en la que Iannone y Rins compartieron box, Suzuki tuvo que competir en igualdad de condiciones frente a Honda, Ducati y Yamaha tras la gran temporada que Maverick Viñales completó en 2016 en su último año a los mandos de la GSX-RR con cuatro podios, uno de ellos con victoria en Silverstone.
Precisamente la de 2017 fue una de las peores temporadas de Suzuki desde que regresó al campeonato en 2015. Ni Alex Rins ni Andrea Iannone fueron capaces de sumar aquel año un sólo podio -al igual que Viñales y Espargaró en la temporada de debut de Suzuki-, una situación que les permitió recuperar en 2018 las ventajas que habían perdido un año antes.
De cara a 2019, Suzuki volverá a pelear con las fábricas más importantes de MotoGP con las mismas cartas, una situación que no incomoda a su team manager, Davide Brivio, que esperaba con ganas perder las concesiones porque, en su opinión, "es una buena señal". ·"Demuestra que nos hemos vuelto mucho más competitivos", sentenció el italiano en Aragón.