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El Circuit Ricardo Tormo de Valencia implantará, de forma inmediata, un límite de ruidos para todos aquellos vehículos que hagan uso de sus instalaciones en actividades que no estén enmarcadas dentro de competiciones deportivas o que no estén declaradas como deportivas. Esta sorprendente medida afectará, por lo tanto, a presentaciones de vehículos, rodadas, cursos de pilotaje y cualquier evento que Cheste acoja a partir de ahora y que no guarde relación con una carrera o con un test de competición.
El límite establecido por el Circuit es de 91 decibelios, prácticamente el mismo que afecta al Circuito del Jarama desde hace años (90 db). El Circuit ha anunciado que instalará en breve hasta cuatro estaciones de medición de nivel de ruido, tanto dentro de sus instalaciones como fuera, y obligará a aquellos vehículos que sobrepasen el límite de 91 db al ralentí a montar un silenciador o un sistema tipo db-killer que reduzca el sonido del escape por debajo del límite.
El Circuit todavía no ha especificado cómo llevará a cabo la medición de ruidos, aunque todo apunta a que un comisario verificará cada vehículo al inicio de la jornada con un sonómetro para comprobar si está o no dentro del máximo permitido.
La nueva normativa presentada por el Circuit Ricardo Tormo también afectará al horario de actividad general, ahora reducido de 08:00 de la mañana a 20:00 de la tarde, prohibiendo la emisión de ruido fuera de ese horario. En el caso de la minipista situada junto al acceso principal, sólo se podrán llevar a cabo "pruebas de velocidad moderada", fijándose su nuevo horario en fin de semana de 09:00 de la mañana a 15:00 de la tarde, únicamente los sábados.
También se limita el horario de uso de bancos de potencia de 10:00 a 15:00 (de lunes a viernes) y se prohíben durante los fines de semana, salvo en caso de la celebración de alguna competición deportiva.
En rojo las zonas residenciales más afectadas por los ruidos
Todas estas medidas responden a las quejas vecinales que el Circuit de Valencia lleva recibiendo desde hace años por problemas de ruido, especialmente por parte de los vecinos de Cheste y Chiva, además de algunas urbanizaciones ubicadas en los alrededores del trazado. La de Olimar es la más afectada por los ruidos generados desde el circuito al estar ubicada cerca de la Curva Adrián Campos, la última del circuito, una zona que prácticamente no cuenta con barreras arquitectónicas y en la que el ruido se escapa con total libertad.
"Se trata de dar un paso más en la protección de nuestro entorno y transmitir a los usuarios de nuestras instalaciones nuestra sensibilidad en materia medioambiental" ha explicado el director general del Circuit Gonzalo Gobert. "Estas medidas son las primeras que hemos tomado para mitigar el ruido y a medida que vayamos teniendo más datos las iremos ampliando".
Las medidas ya han sido presentadas a los representantes vecinales del Circuit, que además ya cuentan con un canal permanente de comunicación que permitirá a los vecinos alertar de cualquier molestia para poder identificar la fuente y actuar sobre el problema.