
Por Alfonso Somoza Google+
Aunque la moto es un vehículo lleno de ventajas, tenemos que reconocer que su capacidad de carga es muy limitada, especialmente si hablamos de deportivas o de modelos que no estén pensados para un uso touring. Por eso, la industria auxiliar contempla un amplísimo catálogo de bolsas y maletas que mejoran de forma notable la posibilidad de llevar con nosotros todo tipo de equipaje de forma cómoda y segura.
Después de pasar algo más de dos semanas con ellas, utilizándolas a diario y en una escapada de fin de semana, quiero contarte mi opinión sobre estas SHAD SW42. Lo primero que debes saber es que, hasta ahora, todos mis viajes han sido con bolsa sobredepósito (generalmente hasta arriba, ¡tocando con la barbilla!), así que para mi era algo nuevo esto de montar unas alforjas textiles. Y lo cierto es que tienen su punto.
Montaje y fijación de las SHAD SW42
Su montaje es muy simple, si bien he echado en falta unas instrucciones algo más trabajadas por parte de SHAD dentro del paquete, especialmente para detallar el sistema de cierre en tres pasos que te explicaré más adelante. Para fijar las bolsas a nuestra moto sólo tenemos que levantar la tapa del asiento trasero y colocar las dos correas que unen ambas maletas mediante un velcro. Mi consejo es que las coloques lo más arriba posible, es decir, que entre el asiento y la maleta no quede prácticamente espacio. De ese modo colgarán menos e irán más estables.
Con esta fijación tenemos más que de sobra para un uso diario e incluso alguna escapada puntual, especialmente si las maletas no van llenas. Para aventuras más ambiciosas, recomiendo usar las argollas de plástico que traen las maletas en la parte lateral para fijarlas a la moto usando un pequeño pulpo o mosquetón. No es algo necesario pero sí recomendable, sobre todo si te gusta viajar muy por encima de la velocidad legal en autovía, donde sí pueden producirse movimientos no deseados en las alforjas.
Capacidad de carga
Mi consejo, tras usar las alforjas con y sin las planchas, es que las coloques. Pierdes algún litro de capacidad pero, a cambio, consigues una maleta más sólida y fácil de cargar, además de incrementar la protección del equipaje en caso de sufrir un golpe.
Respecto a la carga, los 18 litros que ofrece cada alforja pueden resultar algo escasos frente a otras maletas textiles, aunque son más que suficientes para una escapada con pasajero. Durante mi viaje de fin de semana, aproveché una de ellas para meter unos pantalones vaqueros, unas zapatillas de deporte, un pijama, dos camisetas, una sudadera, ropa interior y un neceser con productos de higiene, suficiente para llenar la maleta hasta el máximo recomendado para poder cerrarla sin problemas.
En la otra bolsa aproveché para guardar una cámara de fotos réflex junto a su objetivo, unos guantes de invierno y una tablet de 10". Aquí sí que me sobró todavía espacio para guardar más cosas.
En la otra bolsa aproveché para guardar una cámara de fotos réflex junto a su objetivo, unos guantes de invierno y una tablet de 10". Aquí sí que me sobró todavía espacio para guardar más cosas.
Un detalle que no debes olvidar es el de repartir bien el peso entre cada maleta. Si una de ellas es notablemente más pesada que la otra, terminará tirando de ella hacia abajo y puede llegar a desestabilizar la moto a la hora de tumbarla. O lo que es peor, llegar a rozar con el neumático trasero si has dejado demasiado largas las correas. Sólo hay que aplicar un poco de lógica a la hora de cargar cada alforja y listo, además de llevarlas bien subidas ajustándolas con los velcros.
Terminando el apartado de la carga, decir que también probamos a meter un NZI Spyder III y un LS2 CR1 Carbon y ambas maletas cerraron sin problema, aunque resulta más sencillo si quitamos la tabla interna.
Conoce más detalles sobre estas SHAD SW42 en nuestra vídeo-prueba: