 Redacción @todocircuitoweb |
Mantener la mecánica de una moto al día siempre es mucho más fácil si lo comparamos con un automóvil. La accesibilidad que nos ofrecen los vehículos de dos ruedas nos permite realizar todo tipo de intervenciones mecánicas con suma facilidad, y labores como un simple cambio de bujías pueden ser coser y contar siempre y cuando tengamos muy claro qué tipo de bujías necesita nuestra motocicleta y, sobre todo, cuál es el procedimiento correcto para su intercambio.
Las bujías son la chispa de nuestro motor, las responsables de crear la explosión que se genera dentro de la cámara de combustión para mover los pistones y que nuestra moto avance. Su vida útil depende de diversos factores, por ejemplo si respetamos los tiempos de calentamiento del motor, si solemos rodar bajos de vueltas, la calidad de la gasolina que usemos, los intervalos de los cambios de aceite... todo lo que afecte al funcionamiento interno del motor y a la mezcla de combustible y aire, acabará teniendo consecuencias en la duración de la cabeza de las bujías.
Lo habitual en una motocicleta es cambiar las bujías cada 20 o 30 mil kilómetros. Algunos lo hacen de forma periódica, y otros esperan a que la moto empiece a presentar ciertos síntomas (inestabilidad al ralentí, problemas para arrancar en frío...) para poner bujías nuevas, aunque esto último no es lo más recomendable, especialmente si nos gusta hacer tiradas de muchos kilómetros. Mejor prevenir que curar.
Hacer un cambio de bujías en una motocicleta es una tarea relativamente sencilla, pero que debemos llevar a cabo de forma cuidadosa. Antes de nada, es importante que sepas el número de bujías que vas a necesitar: lo habitual es una por cilindro, así que si tu moto es de dos cilindros, necesitarás dos, si es tricilíndrica, tres... y así sucesivamente. Hay modelos -muy pocos- que llevan doble encendido, y, por lo tanto, precisan de dos bujías por cilindros, pero no es lo habitual.
Existen bujías de cobre-níquel, de platino, de iridio o de plata. En motos, lo habitual es montar las primeras por un tema de costes, y es que muchas veces no merece la pena irse a bujías de platino o de iridio por su elevado precio, sobre todo si tenemos en cuando lo fácil que resulta hacer un cambio de bujías en una motocicleta. Las de platino, por ejemplo, pueden superar los 100.000 kilómetros de duración frente a los 30.000 de las bujías de cobre-níquel, por eso están destinadas a vehículos de cuatro ruedas donde el cambio de bujías puede ser mucho más laborioso y caro en términos de mano de obra.
Las bujías de moto más habituales usan un ancho de llave de 16 mm y la longitud de la rosca suele ser de 19 mm. Un buen ejemplo lo encontramos en la bujía NGK 4548 con rosca larga, válida para multitud de modelos de Kawasaki, Suzuki y Yamaha, con conexión de tipo M4, electrodo central de níquel y dos electrodos de masa a los lados para generar el arco eléctrico.
Localizadas nuestras bujías, y una vez las tenemos en casa, sólo necesitaremos dos herramientas más para poder hacer el cambio: una llave para bujía de moto y otra dinamométrica. Con la primera sacaremos las bujías viejas, siempre sin forzarlas ni hacer demasiada fuerza o correremos el riesgo de partirla y buscarnos un buen problema. El secreto para sacar una bujía de forma limpia es siempre elegir la llave de bujía adecuada para nuestro modelo de motocicleta.
Una vez extraída la bujía antigua, es recomendable limpiar la rosca del motor con grasa de cobre, colocar la nueva bujía con la mano y terminar de apretarla con una llave dinamométrica con el par exacto que recomiende el fabricante de nuestra motocicleta, un dato que podrás encontrar fácilmente en el manual de usuario (si no lo tienes, sólo tienes que buscarlo en Google y lo encontrarás rápidamente).
¡Importante! Todo el proceso de cambio de bujías debe realizarse siempre con el polo negativo de la batería desconectado, y sólo volverás a conectarlo cuando hayas acabado todo el proceso.
Como verás, mantener al día las bujías del motor de tu preciada máquina es una labor económica y sencilla que no te llevará más de 30 minutos. Simplemente debes ser cuidadoso, paciente y contar con las herramientas adecuadas para hacer un trabajo limpio e impecable.
