 Redacción @todocircuitoweb |
Una de las primeras tareas que debe afrontar todo motorista que adquiere una motocicleta, ya sea nueva o de segunda mano, es encontrar un seguro que le permita circular de forma legal por nuestras carreteras. El abanico de opciones que tenemos a la hora de calcular seguro moto es realmente amplio, empezando por pólizas a terceros que cubren lo mínimo legal hasta seguros que garantizan cualquier daño que se produzca en nuestra moto, ya sea por culpa nuestra o de un tercero.
Precisamente este factor, el tipo de póliza, es el primero que determinará el precio final de nuestro nuevo seguro, pero no el único. De entrada, la tipología de la motocicleta elegida tendrá un peso importante en el importe que paguemos anualmente por nuestra póliza. Una motocicleta de tipo custom y turismo siempre será más económica de asegurar que una deportiva de gran cilindrada, una diferencia que puede llegar incluso a multiplicar por dos el importe de nuestro seguro.
Nuestra edad también determinará el coste de la póliza. No es lo mismo un chico joven de 18 años con el carnet de moto recién sacado que un motorista con 20 años de experiencia y una baja siniestralidad; de hecho, hay motoristas con el carnet de moto recién sacado que han tenido verdaderos problemas para encontrar un seguro en su primera año de vida motera, viéndose obligados a abonar un alto precio por su póliza. Por fortuna, las compañías de seguros siempre rebajan de forma considerable los importes a medida que el motorista va ganando experiencia.
En el caso de las motos, tambiés es fundamental para calcular el precio -especialmente en seguros a todo riesgo y con cobertura de robo- saber dónde va a dormir nuestra montura. Hay compañías que sólo ofrecen seguros de robo en el caso de que la motocicleta pase las noches al abrigo de un garaje, ya sea privado o colectivo, lejos de los riesgos que corre una motocicleta que sufra las madrugadas al raso. También valoran la instalación de elementos como una alarma o un localizador GPS, dispositivos que suelen ser eficaces a la hora de espantar a los ladrones de las inmediaciones de nuestra moto.
El tipo de desplazamiento que haremos de forma habitual sobre nuestra máquina también puede incrementar o reducir el precio de nuestra póliza. Una moto de uso eminentemente urbano, donde hay mayor peligro de colisionar contra otros vehículos, siempre pagará más seguro que un motorista que haga uso de su montura para desplazamientos más puntuales o en viajes de fin de semana.
En el mundo de los seguros es difícil encontrar dos pólizas idénticas. Nuestra edad, los años acumulados en el carnet de conducir, el tipo de moto elegida, la modalidad de nuestros desplazamientos o la cilindrada y potencia de nuestra máquina son factores que harán variar la cifra final que abonaremos cada año para poder disfrutar de nuestro seguro con todas las garantías, ya sea una póliza con el mínimo legal a terceros o un seguro a todo riesgo que garantice nuestra tranquilidad.
